La creciente tendencia a la urbanización (el 70 % de la población de la UE ya vive en las ciudades) está provocando una fuerte presión demográfica, zonas marginales, contaminación aérea y acústica, desequilibrio en el abastecimiento de alimentos y utilización de recursos naturales, el cambio climático, pérdida de salud y bienestar, aislamiento social y un largo etcétera.
Hay un contraste evidente entre el centro y la periferia en las ciudades ocasionado por la mayor concentración demográfica y las fuentes de calor. Esto provoca un incremento de la morbilidad urbana, especialmente en las enfermedades crónicas en niños y personas mayores. Se estima que se producen 7 millones de muertes prematuras al año por contaminación aérea. De ellas, un 88 % corresponden a países de ingresos medios y bajos. Leer más
Julián Briz Escribano