La vida de un pensionista es, sin duda, un reflejo del esfuerzo y la dedicación de toda una vida laboral. A menudo se habla de la jubilación como una etapa de descanso y disfrute, pero la realidad puede ser mucho más compleja, especialmente cuando las políticas y las decisiones económicas afectan directamente a su bienestar.
Cada pensionista ha contribuido de manera significativa al desarrollo y sostenibilidad del país, durante décadas, han trabajado, pagado impuestos y contribuido al sistema de seguridad social, creando una base sólida para su jubilación.
Las pensiones no son un regalo, sino un derecho ganado a pulso a través de años de esfuerzo y dedicación, no solo han pagado impuestos, sino también los servicios públicos y el bienestar de la sociedad.
Al jubilarse, los pensionistas merecen una seguridad económica que les permita vivir con dignidad, cubrir sus necesidades básicas y disfrutar de una calidad de vida adecuada.
Años atrás, una de las mayores polémicas en España ha sido la utilización del Fonde de Reserva de la Seguridad Social, comúnmente conocido como “la hucha de las pensiones”, para rescatar a los bancos durante la crisis financiera del 2008, esta decisión ha sido vista como una traición a los trabajadores y pensionistas que han contribuido al fondo durante décadas.
La desviación de fondos destinados a las pensiones para rescatar a los bancos, ha erosionado la confianza en las instituciones y en la gestión del sistema de pensiones.
Los bancos que ya cobran comisiones por servicios básicos, como las transferencias, incluso algunos hasta si las haces por internet, ahora se oponen al impuesto que el gobierno les quiere aplicar, cuando se han beneficiado de los fondos de los pensionistas y no han devuelto absolutamente nada, todo esto aumenta la sensación de injusticia entre los pensionistas, que tienen que enfrentar desafíos significativos en su vida cotidiana.
Con el aumento del coste de la vida y las pensiones que no crecen al mismo ritmo, muchos luchan por llegar a fin de mes, gastos en salud, alimentación y vivienda representan una carga considerable.
La calidad y accesibilidad de los servicios públicos, especialmente la sanidad, son cruciales para todos ellos, las listas de espera y los recortes en el sistema de salud, afectan directamente a su bienestar.
Mantener una vida activa y participar en actividades sociales es esencial para la salud mental y emocional, los pensionistas deben de tener acceso a programas y actividades que les permita mantenerse conectados y activos.
Ajustar las pensiones al coste real de la vida es fundamental, con el fin de cubrir sus necesidades básicas. Es crucial que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social sea gestionado de manera transparente y responsable, garantizando los recursos necesarios de los pensionistas y ya que no se han devuelto los millones del rescate a los bancos, que el propio gobierno se haga cargo y deje las pensiones blindadas, de tal forma, que no falte en ningún momento, el dinero para pagar a los pensionistas, en su momento fue el propio gobierno quien decidió vaciar “la hucha de las pensiones”, ahora tienen que blindarlas y los bancos que asuman todos los impuestos que correspondan, sin repercutir como siempre en los clientes.
Además, fortalecer la sanidad pública, asegurando tiempos de espera razonables y acceso a tratamientos de calidad, esenciales para el bienestar de los pensionistas.
Han trabajado toda su vida y han contribuido al desarrollo del país, merecen su jubilación con dignidad, sin preocupaciones económicas, ni incertidumbres sobre su futuro, porque una pensión es un derecho adquirido.
Conchi Basilio