Un vecino de Láncara (Lugo), de 64 años de edad e iniciales I.V.F., falleció tras ser embestido por un toro en una finca de la zona. El toro se abalanzó sobre su propietario cuando éste quiso separarlo de una vaca en celo, según informaron los vecinos del fallecido. Un hijo de la víctima lo acercó en moto hasta la finca en la que pastaban las vacas, para que, finalizado el día, las guiase hasta el establo. Según los propios vecinos, la intención del dueño era dejar al toro solo en la finca cerrada hasta el día siguiente. Sin embargo, al estar uno de los animales en celo, cuando quiso separar al macho del resto del rebaño, éste lo envistió. Los propios vecinos indicaron que el impacto fue tan brutal, por las marcas que quedaron en el suelo, que el animal arrastró a su dueño más de 30 metros. Una de las personas del lugar aseguró que su cuerpo quedó prácticamente destrozado, por lo que especula con que el toro, un ejemplar joven de raza rubia, se ensañó con él. La familia se alertó cuando las vacas llegaron solas a casas, por lo que el hijo volvió de nuevo al prado en busca de su padre. Los vecinos afirmaron que encontró el cadáver en una de las esquinas de la finca y al animal, quieto, en otro extremo. Esas mismas fuentes aseguraron que, si bien el animal nunca dio muestras de ser agresivo con sus dueños, "tampoco era manso".