EFE | La
mayoría de las grandes capitales brasileñas dieron el pasado domingo la
espalda a los candidatos apoyados por el presidente del país, el
ultraconservador Jair Bolsonaro, y favorecieron a los aspirantes del
centro y la derecha moderada. Casi 150 millones de electores brasileños fueron convocados a las urnas
para renovar el gobierno de 5.569 municipios para los próximos cuatro
años, en un pleito que se debía de haber celebrado en octubre, pero que
se aplazó debido a la pandemia de la covid-19 en Brasil, uno de los
países más afectados con 165.000 muertes y casi 6 millones de contagios.
Bajo estrictas medidas sanitarias -con mascarillas obligatorios para votar-, las municipales del pasado domingo fueron las primeras elecciones que se celebran en Brasil desde las presidenciales de octubre de 2018, en las que por primera vez en la historia del país llegó al poder la ultraderecha de la mano de Bolsonaro.La jornada se desarrolló sin grandes sobresaltos,
exceptuando los atrasos en la divulgación del escrutinio por unos
problemas técnicos, y registró un aumento de la abstención respecto a
los comicios de 2016.