EN EL ÁMBITO LABORAL
La brecha de género va más allá del salario
Durante los últimos años hemos escuchado muchos nombres de mujeres que tienen un rol cada vez más importante en el mundo. Ángela Merkel, Christine Lagarde, Mary Barra, Ana Patricia Botín... son mujeres que han luchado contra la desigualdad de género y alcanzado posiciones que antes estaban reservadas exclusivamente a los hombres. Pero ¿cómo es este panorama en el mundo? ¿Y cómo es la situación actual de las mujeres en el mundo laboral?
Brecha de género: concepto, indicadores e índice
La brecha de género, conocida también con el término inglés gender gap, consiste en la diferencia con la cual la sociedad trata o incide sobre las personas según su sexo en relación con sus logros, comportamientos, conocimientos, preferencias y actitudes. Actualmente, esta diferencia entre hombres y mujeres se mide de acuerdo con el Índice Global de Brecha de Género, que se centra en cuatro segmentos esenciales: economía, educación, salud y política.
La brecha de género en el área económica cubre aspectos importantes como la diferencia entre los salarios de hombres y mujeres, las oportunidades de liderar empresas, etc. En el área educativa esta brecha se centra en las oportunidades que tienen las mujeres para acceder a la educación básica y superior; en el segmento salud analiza y compara el acceso a la salud y la esperanza de vida de ambos sexos. En la política, la brecha de género estudia la participación de las mujeres en las organizaciones políticas.
Para analizar la brecha de género se utilizan indicadores que se basan en estadísticas segmentadas por género, percepciones de las personas, juicios y sentimientos existentes en la sociedad. Además, para estudiar la desigualdad entre hombres y mujeres se utiliza el Índice de Desigualdad de Género. Es un índice que empezaron a utilizar diversas organizaciones internacionales en 2010, siendo un método estadístico que cuantifica la desigualdad en un país entre hombres y mujeres.
Ejemplos de desigualdad entre hombres y mujeres en el trabajo
Las mujeres trabajan más de forma incompleta e informal, pero muchos trabajos a tiempo parcial suelen ser informales o su continuidad no suele ser estable. Las mujeres suelen optar por trabajos parciales para poder realizar las tareas domésticas, cuidar a los hijos, etc. Sin embargo, los hombres suelen tener más horas de ocio frente a las mujeres, las cuales realizan tareas en el hogar que nunca son pagadas. Los trabajos informales, además, traen consigo problemas, ya que el empleador puede actuar de forma autoritaria o utilizar lenguaje sexista frente a mujeres que no tienen trabajos formales. Como explica Babbel, el sitio web de expertos en el lenguaje, el lenguaje sexista durante las actividades laborales es una forma de violencia de género.
Desafortunadamente, el acoso en el trabajo a las mujeres es una práctica habitual: es verdad que tanto hombres como mujeres sufren acoso en el trabajo, pero diversas estadísticas demuestran que cuanto mayor es el nivel de estudio y formación del trabajador masculino, menor es el nivel de acoso. En cambio, en las mujeres esta situación es contraria, ya que las mujeres con mayor nivel de formación son más acosadas en los puestos de trabajo.
Otra diferencia entre hombres y mujeres existe en el volumen de los trabajadores: la presencia de trabajadores masculinos frente a trabajadoras femeninas es similar en las edades entre 18 y 25 años, sin embargo esta proporción comienza a cambiar a los 26 años, cuando se puede apreciar una disminución considerable en la cantidad de personal femenino en los puestos de trabajo. Este fenómeno se debe a la incursión de miles de mujeres en la maternidad.
Causas y factores de la brecha salarial
El trabajo informal o las jornadas de trabajo parcial surgen como principales factores que aumentan la brecha salarial entre hombres y mujeres. De igual manera, si hombres y mujeres perciben la misma cantidad de dinero por su trabajo, se debe tomar en cuenta la cantidad de horas en que las mujeres trabajan realizando las tareas del hogar y cuidando a los hijos. Las madres, de hecho, son los amortiguadores de la familia. Este trabajo no remunerado hace que las mujeres tengan que trabajar más horas por semana que los hombres. Entre las causas que inciden sobre la diferencia salarial entre hombres y mujeres destacan las siguientes:
.- Gran volumen de personas de sexo femenino en empleos con baja remuneración: los sectores de la manufactura, con tendencia a mantener sueldos mínimos para sus trabajadores, cuentan con un mayor volumen de mujeres.
.- Proporción menor de mujeres en puestos ejecutivos: solo un 6% de los CEO de las grandes corporaciones son mujeres. Muchas mujeres renuncian a postularse a grandes puestos ejecutivos por la gran competitividad que existe en ese segmento laboral, competitividad que se convierte en acoso cuando una mujer logra hacerse con un puesto ejecutivo.
.- Las mujeres no suelen reclamar mejoras o sueldos representativos: en Europa las mujeres contratadas por una empresa procuran cuidar y mantener su trabajo de forma permanente. Esta situación las obliga a infravalorar su trabajo y a menudo aceptan sueldos más bajos o condiciones donde es evidente una diferencia entre la valoración del trabajo efectuado por hombres y mujeres.