EFE | El "procés" y sus cuentas pendientes en los tribunales marcarán, otro
año más, la actualidad jurídica de 2021 en Cataluña, con todas las
miradas puestas sobre los indultos a los líderes independentistas y una
agenda judicial presta a sentar en el banquillo a la familia Pujol y a
la trama del 3%.
Lastrada por los meses de parón que impuso la pandemia, que ha
abocado a los juzgados al borde del colapso, la Justicia se despide de
un 2020 que consumó la inhabilitación del expresidente catalán Quim
Torra y la de los miembros soberanistas de la Mesa del Parlament que
presidió Carme Forcadell, mientras propiciaba la restitución del mayor
Josep Lluís Trapero al frente de los Mossos, una vez absuelto de
sedición por su papel en el 1-O.
Y se abre paso un 2021 en el que, como viene sucediendo desde la
consulta del 9N de hace más de seis años, la actividad política
catalana es indisociable de las decisiones judiciales, en los múltiples
frentes que el "procés" dejó abiertos en los tribunales y que han
llevado a la prisión o a la huida de España a los principales líderes
independentistas.
En ese contexto, el debate político del año próximo, tanto en
Cataluña como en España, estará condicionado por los expedientes de
indulto a los presos del "procés", que el Gobierno debe resolver en los
próximos meses -aunque difícilmente antes de las elecciones catalanas
del 14F-, con la más que probable oposición del Tribunal Supremo a esa
medida de gracia.
No menos controversia suscitan la reforma del delito de sedición
o la ley de "amnistía" que reclama el independentismo, discusiones que
discurrirán en paralelo a la nueva clasificación de los políticos presos
por parte del Departamento de Justicia, después de que el Supremo les
haya cerrado la puerta tanto al tercer grado como a la flexibilización
penitenciaria mediante el 100.2.
Mientras tanto, la sentencia del "procés" está en manos del
Tribunal Constitucional, que en las próximas semanas tiene previsto
empezar a resolver los recursos de amparo presentados por los condenados
-los de los exconsellers Carles Mundó y Meritxell Borràs serán los
primeros-, y despejarles así el camino hacia la Justicia europea.
El conflicto catalán llegará este año al seno del Parlamento
Europeo, que tiene previsto reactivar en enero la tramitación del
suplicatorio para levantar la inmunidad al expresidente catalán Carles
Puigdemont y a los exconsellers Clara Ponsatí y Toni Comín, como le
solicitó el Supremo para forzar su entrega a España.
Las derivas judiciales del "procés" acechan asimismo a
dirigentes de ERC: la Fiscalía ultima una investigación por
desobediencia que podría desembocar en breve en una querella al
presidente del Parlament, Roger Torrent, por permitir la aprobación de
resoluciones a favor de la autodeterminación, y los diputados Josep
Maria Jové y Lluís Salvadó aguardan juicio tras ser procesados por su
papel clave en la organización del 1-O.
De hecho, tres años después del referéndum ilegal, las
responsabilidades por el diseño y la logística del 1-O siguen
dirimiéndose en los tribunales, con una treintena de cargos del Govern
de Puigdemont ya procesados -entre ellos directivos de medios públicos
catalanes y técnicos de la Generalitat- y una quincena de alcaldes ante
la Justicia, incluido el conseller de Acción Exterior, Bernat Solé,
juzgado en diciembre y que ya espera sentencia.
También están a un paso del banquillo los cinco miembros de la
efímera Sindicatura Electoral del 1-O y, al otro lado de la moneda,
encara su recta final la investigación contra cerca de 60 policías
nacionales por las cargas para impedir el referéndum en Barcelona.
Por otra parte, las movilizaciones contra la sentencia del
"procés", que se saldaron con días de disturbios sin apenas precedentes
en Cataluña, llevarán a juicio a numerosos manifestantes
independentistas, a los que el Departamento de Interior ha prometido no
acusar de atentado a la autoridad ni desórdenes, en un anuncio que sigue
sin ponerse en práctica pero que ya ha indignado a los sindicatos
policiales.
La Audiencia Nacional seguirá enfrascada en 2021 en el juicio
contra los supervivientes de la célula que planeó los atentados del 17A
en Cataluña, mientras tiene pendiente resolver los recursos de las
defensas contra el procesamiento de la familia Pujol y de la red de
empresarios y políticos investigados en el caso 3 % de presunta
financiación irregular de la extinta Convergencia Democrática de
Cataluña (CDC).
De confirmarse el procesamiento, dos de las principales tramas
de supuesta corrupción que han removido los pilares de la política
catalana en los últimos años quedarán a las puertas de la sala de
vistas, tan solo a la espera de que la agenda de la Audiencia Nacional
permita llevar a sus miembros al banquillo.