BARCELONA / EFE | Una vez celebradas las elecciones catalanas del 14F, la XIII
legislatura arrancará con el pleno de constitución del Parlament, que se
celebrará como muy tarde el 12 de marzo, mientras que el debate de
investidura, si se agota el primer plazo, deberá tener lugar el 26 de
marzo, antes de Semana Santa.
El Parlament salido de las urnas
de ayer debe constituirse dentro de los viente días hábiles
posteriores a los comicios, lo que significa que el plazo límite es el
12 de marzo. En esa sesión constitutiva, los 135 diputados
elegirán al nuevo presidente del Parlament, así como las dos
vicepresidencias y las cuatro secretarías de la Mesa de la cámara
catalana.
Tras la constitución del Parlament, en los posteriores
ocho días hábiles deberán constituirse los grupos parlamentarios
mediante un escrito dirigido a la Mesa, con un mínimo de cinco
diputados.
Todos los partidos tienen diputados suficientes para
tener grupo propio salvo el PPC, que con tres escaños seguirá en el
grupo mixto. Dentro de los diez días hábiles posteriores a la
constitución de la cámara catalana, se deberá celebrar el pleno de
investidura, que en caso de agotarse los plazos tendría lugar como muy
tarde el 26 de marzo.
Corresponde al presidente de la cámara
proponer a un candidato a la investidura -que debe ser uno de los 135
diputados-, tras haber abierto consultas con los líderes de las fuerzas
con representación parlamentaria para sondear quién podría reunir la
mayoría necesaria para ser investido.
La investidura del president
requiere inicialmente el apoyo de la mayoría absoluta del Parlament, es
decir, un mínimo de 68 diputados, y si el candidato no alcanza esa
cifra puede someterse dos días después a una segunda votación, en la que
le bastará la mayoría simple, más votos a favor que en contra. Si el candidato a la investidura no consiguiese ser elegido, se
abriría un plazo de dos meses -a contar desde la primera votación
fallida-, tiempo en el que podría haber más debates de investidura.
Finalizados
esos dos meses -si se hubiesen agotado previamente todos los plazos
sería el 26 de mayo- sin haber podido desbloquear la investidura, el
Parlament quedaría automáticamente disuelto y se convocarían nuevas
elecciones en Cataluña, a celebrar al cabo de 54 días, es decir,
aproximadamente a mediados de julio.
A esa situación se estuvo a
punto de llegar tras las elecciones del 27 de septiembre de 2015, cuando
la CUP se negó a investir al candidato de Junts pel Sí, Artur Mas, que
dio in extremis un paso atrás y propuso a Carles Puigdemont, investido
en el último suspiro, antes de que fuesen convocados automáticamente
nuevos comicios. Resultados de los comicios.