WASHINGTON | La ciudad de Washington vivió ayer una jornada de caos
inédita, que se saldó con un muerto, debido al asalto por parte de
seguidores del presidente Donald Trump de la sede del Congreso cuando
los legisladores certificaban la victoria electoral del demócrata Joe
Biden.
Al grito de "Trump ganó", cientos de seguidores del mandatario
irrumpieron en el Capitolio tras desbordar a la policía que lo
custodiaba, y que provocaron caóticas escenas con trumpistas recorriendo
los pasillos con banderas o sentándose en los escaños.
Durante estos incidentes, una simpatizante de Trump identificada como
Ashli Babbit, vecina de San Diego (California), resultó herida de bala y
falleció tras ser trasladada a un hospital, según confirmaron fuentes
policiales a varios medios.
La mujer, una veterana de la Fuerza Aérea, presentaba una fuerte
hemorragia ocasionada por un disparo en el cuello efectuado por un
miembro de la seguridad de la sede legislativa durante el asalto, que se
prolongó varias horas y que obligó a interrumpir la sesión.
El asalto al Congreso se produjo poco después de que los manifestantes
hubieran sido arengados frente a la Casa Blanca por el presidente
saliente, quien les repitió la retahíla de denuncias de fraude
infundadas en las que insiste desde que se confirmó su derrota en las
elecciones de noviembre pasado, sin demostrarlas.
"No cederemos nunca, nunca concederemos (la victoria)", dijo Trump a los
miles de congregados a las afueras de la Casa Blanca para la marcha
"Salvar a EEUU", que partió al Capitolio.
En la sede del Congreso, los legisladores se encontraban reunidos para
celebrar la ceremonia de validación formal del resultado de las
elecciones de noviembre, en las que el demócrata Joe Biden se impuso a
Trump. A partir de su llegada al Capitolio se registraron las primeras
escaramuzas entre los revoltosos y los agentes que custodiaban el lugar,
que en inferioridad numérica y armados solo con aerosoles de gases
lacrimógenos no pudieron contener a la multitud.
En el momento del asalto al emblemático edificio, los legisladores
habían suspendido su reunión para debatir las objeciones presentadas por
los republicanos a los resultados en las elecciones en Arizona, uno de
los primeros por orden alfabético.
A partir de ahí, el caos y escenas nunca vistas en Washington, con
cristales rotos, puertas quebradas y peleas con disparos en el interior
del Congreso entre seguidores de Trump y la policía, que desalojó a los
legisladores a tiempo y los llevó a un lugar seguro.
Las imágenes de las televisiones y las captadas por testigos dentro del
lugar mostraron cómo los seguidores del mandatario saliente paseaban
libremente por los pasillos e incluso llegaron a entrar en los despachos
de los legisladores.
Algunos de ellos lograron acceder al pleno de la Cámara de
Representantes e incluso uno se sentó en uno de los asientos destinados
para los discursos oficiales al grito de "Trump ganó".
El Capitolio pudo ser despejado más de tres horas después del inicio del
asalto, poco antes de entrar en vigor a las 18 horas (23 GMT) el toque
de queda decretado de manera urgente por la alcaldesa de la capital,
Muriel Bowser, y se restableció la seguridad. Al menos trece personas fueron detenidas en estos incidentes, acusadas
de posesión de armas de fuego, agresión y cruce de líneas policiales,
según las autoridades.
La Policía lanzó inicialmente gases irritantes y de aturdimiento (que al
caer desprenden flashes muy brillantes para desorientar) con el fin de
expulsar a los seguidores de Trump de las inmediaciones del Capitolio.
Pese al toque de queda, que durará hasta las 6 de la mañana de hoy en la capital (11:00 h GMT) y dos de sus suburbios en el aledaño estado
de Virginia, se seguían viendo grupos deambulando por la capital, y 30
personas fueron detenidas por ello, según la oficina de la alcaldesa.
No obstante, una vez que entró en vigor el toque de queda, los agentes
antidisturbios empezaron a avanzar hacia el centro de la ciudad para
empujar a los seguidores de Trump lejos del Capitolio, y estos
obedecieron, alejándose de la zona lentamente pero sin dar señales de
querer regresar a sus residencias u hoteles.
Algunos manifestantes se dirigieron hacia la calle 16, a una
intersección situada enfrente de la Casa Blanca y bautizada como la
plaza de "Black Lives Matter" ("Las vidas negras importan").
Allí, dos decenas de ellos se enfrentaron con otros manifestantes
contrarios a Trump, a puñetazos, con gas pimienta y una pistola de
descarga eléctrica, hasta que la Policía intervino para que pararan,
informó el diario The Washington Post.
Pese a que durante estos incidentes Trump siguió tuiteando justificando
la actitud de sus seguidores, en un momento dado les pidió "que sean
pacíficos", poco antes de que la red social decidiera suspender
temporalmente la cuenta.
Trump culpó a su vicepresidente, Mike Pence, que presidía la sesión en
el Congreso, del caos generado por no haberse atorgado poderes que no le
otorga la Constitución para revocar la victoria electoral de Biden
durante la sesión legislativa. Los históricos acontecimientos de este miércoles se produjeron después
de que el mandatario se haya resistido a admitir la victoria de Biden en
las elecciones, pese a que el Colegio Electoral ya confirmó
oficialmente su victoria el 14 de diciembre, y haya perdido todas las
demandas judiciales para impugnar los resultados. EFE