EFE | El anunciado regreso del líder opositor ruso, Alexéi Navalni, ha
puesto en un aprieto al presidente de Rusia, Vladímir Putin, que ahora
afronta el dilema de decidir si permite volver a su principal enemigo,
que le acusa de haber ordenado su envenenamiento con un agente tóxico.
"Para Putin es un gran riesgo continuar la línea de eliminación de
Navalni. Eso puede provocar un grave y brusco agravamiento de las
relaciones con Occidente. Al volver, Navalni ha subido la apuesta en su
lucha contra el Kremlin. Puede ocurrir cualquier cosa, desde un
encarcelamiento a un nuevo intento de asesinato", dijo a Efe Guennadi
Gudkov, opositor y antiguo diputado exiliado en Bulgaria.
Navalni, convaleciente en Alemania desde que fuera envenenado en
agosto de 2020 con Novichok, ha decidido desafiar una posible detención
una vez su avión aterrice el domingo en Moscú y él pise territorio ruso.
Con todo, las autoridades no se han quedado de brazos cruzados. Según
informó hoy el Servicio Penitenciario Federal ruso (SFP), Navalni está
en busca y captura desde el 29 de diciembre por no personarse ante la
autoridad en relación con un antiguo caso penal por el que fue condenado
en 2014 a 3,5 años de pena suspendida, sentencia que el Tribunal
Europeo consideró arbitraria. El SFP explicó que la orden de busca y captura implica la detención
en cuanto se esclarezca el paradero de Navalni incluso antes de que el
tribunal, al que se dirigió el pasado lunes, anuncie su decisión al respecto
"sobre el cambio de una pena suspendida por una real".
"Las leyes son iguales para todos los ciudadanos rusos sin excepción.
El SFP de Moscú está obligado a tomar todas las acciones para la
detención del infractor Navalni antes de la decisión del tribunal",
indicó.
El abogado del opositor, Vadim Kobzev, admitió que "efectivamente le pueden detener en el aeropuerto". Los servicios penitenciarios tuvieron en cuenta como eximente el
hecho de que Navalni estuvo ingresado durante un mes en la clínica
Charité de Berlín, pero matizan que, como fue dado de alta el 23 de
septiembre, la posterior rehabilitación no es motivo suficiente para
evitar el registro.
Navalni, quien acusó ayer a Putin de ordenar desde su búnker a sus
"siervos" que fabriquen casos penales en su contra para impedir su
regreso, aseguró que, pese a todo, piensa volver a Rusia. Tanto Gudkov como el dirigente del partido liberal Yábloko, Serguéi
Mitrojin, descartan que las autoridades puedan impedir a Navalni subir
al avión y también que el opositor pueda ser condenado a una larga pena
de prisión.
"Eso sería absurdo. Tampoco me espero que lo metan en prisión. Eso
sólo beneficiaría a Navalni en el plano de las relaciones públicas",
comentó a Efe Mitrojin.
Gudkov cree que lo más probable es que el régimen encierre durante
uno o dos años a Navalni bajo arresto domiciliario, lo que le impediría
salir de casa, usar internet y reunirse con sus partidarios.
"Eso sería un importante obstáculo para su actividad política. ¿Qué
querían hacer? Eliminar a Navalni como problema por medio de su
asesinato. Ahora, teniendo en cuenta que eso fracasó (...), intentarán
limitar su labor. El objetivo es impedir que siga siendo una figura
pública", señala.
Eso sí, pronostica que Navalni lo conculcará y entonces "Putin afrontará la decisión de imponerle una pena real".
"Eso es un gran riesgo para Putin, ya que, en realidad, el gran
objetivo de gran parte de la élite, que tiene en el extranjero a su
familia y sus capitales, es no permitir la definitiva ruptura de las
relaciones con Occidente", explica.
Gudkov destaca que "el círculo más cercano a Putin tiene un gran
miedo a las sanciones personales. Parte de la élite intentará que no dé
esos pasos contra Navalni", opinó.
Además, el Comité de Instrucción de Rusia (CIR) se negó hoy a
investigar la implicación en el envenenamiento de varios agentes del
FSB, a los que Navalni expuso en dos vídeos que recibieron 44 millones
de visitas. Según el CIR, "no hay datos concretos" que indiquen que dichos
agentes, que según los vídeos participaron en una operación secreta para
matar al político rociando Novichok en su ropa interior, cometieron
alguna clase de crimen.
Esta decisión concuerda con la postura de Putin, quien mantiene que
no hay motivos para abrir un caso penal y acusa a los servicios secretos
de Estados Unidos de estar detrás de dichas acusaciones.
Navalni, que ha sido inhabilitado como candidato al Kremlin por tener
antecedentes penales, considera que "sólo Putin" pudo dar la orden de
su envenenamiento.