EFE | Aunque
ínfima comparada con los grandes males que ha traído consigo, la
pandemia de coronavirus también ha tenido una cara B positiva con el
regreso, gracias al teletrabajo, de personas que en su día se vieron
obligadas a abandonar el territorio español considerado el epicentro de
la despoblación.
Zamora, la provincia que encabeza la clasificación de pérdida de
población en España, no ha visto mejorados sus datos en el último año
pero al menos ha anotado ejemplos del fenómeno contrario, de zamoranos
que han vuelto a su tierra tras vivir fuera gracias a las posibilidades
que les ha brindado la implantación del teletrabajo.
Adrián Fernández Nafría lleva en Zamora desde mediados de marzo y
realiza desde su casa la labor de desarrollador de macrodatos que antes
efectuaba desde la sede en Madrid de BI Geek, una empresa especializada
en tecnologías de inteligencia empresarial.
Su caso es especialmente significativo porque ya tenía billete
para trasladarse a la filial mexicana de esa consultoría tecnológica
cuando comenzó el estado de alarma y en vez de ello acabó en la ciudad
del Duero.
"Con los 500 euros que en Madrid pagas por una habitación en un
piso compartido, en Zamora te alquilas una casa", ha declarado a Efe,
para hacer hincapié en el aspecto económico que, junto a la calidad de
vida de moverse a pie para ir a cualquier parte, son dos de las ventajas
de regresar a su ciudad.
Con ellas como principal atractivo, la provincia que más
población ha perdido en el último año (1,13%), en la última década
(12,16%) y en lo que va de siglo (15,7%), según datos del INE, espera
amortiguar la caída demográfica con el regreso de teletrabajadores.
Para ello es importante que las empresas confíen en esa fórmula
laboral y aprovechen ventajas como la posibilidad de captar talento
fuera, según ha expuesto el director de BI Geek, Víctor Derciano, que ha
impulsado acuerdos con las universidades de Castilla y León para acoger
alumnos en prácticas que en un futuro puedan trabajar desde su ciudad
de origen.
Entre los que han vuelto a Zamora también figura Alberto Blanco,
que tras estudiar Empresariales en Salamanca se vio obligado a salir de
Castilla y León para conseguir un puesto de trabajo acorde a su
formación y acabó en el departamento de contabilidad de una financiera
de Madrid.
A él siempre le había gustado vivir en Zamora y su pareja, con
la que va a tener un hijo dentro de tres meses, reside en la capital
zamorana, por lo que estuvo encantado cuando al inicio de la pandemia en
su empresa implantaron el teletrabajo de forma generalizada.
Unos meses antes del coronavirus ya le habían dado la
posibilidad de trabajar desde casa dos días a la semana y con el estado
de alarma comprobaron que el sistema funcionaba incluso sin ir ningún
día por la sede laboral y "los números de este año han sido incluso
mejores", ha comentado.
Por ello, en un futuro le darán la opción de continuar con ese
modelo laboral y sólo volverá a Madrid "para reuniones y cosas
puntuales", ha explicado.
Sin embargo, en esos viajes esporádicos existe el escollo de
que, aunque el AVE sitúa a Zamora a una hora y cuarto de Madrid, el
horario impide llegar antes de las once de la mañana a la estación de
Chamartín ni regresar más tarde de las seis y media de la tarde.
De ahí, que ciudadanos e instituciones zamoranas hayan
reclamado, como un pilar imprescindible para el asentamiento
poblacional, la recuperación del denominado "tren madrugador" que
existía antes de la pandemia, que salía a primera hora de la mañana de
Zamora y era el último en volver desde Madrid.