EFE | Más
de 30 líderes mundiales han llamado a aplicar planes prácticos en la
próxima década para adaptar el planeta a los efectos del cambio
climático y vincular la recuperación de la pandemia a ese objetivo, un
reto reiterado en la cumbre climática organizada por Países Bajos,
marcada por la vuelta de EEUU a la lucha contra este problema.
Durante la Cumbre de Adaptación Climática (CAS), que organizó Países
Bajos ayer y hoy, se instó a apostar por los más jóvenes para
adaptar la vida social, las ciudades o la agricultura a las
consecuencias -ya visibles en muchos lugares- del calentamiento global,
en un intento de prevenir, por ejemplo, la amenaza de la subida del
nivel del mar para las poblaciones costeras, o los riesgos de las largas
sequías para el sector agrícola. El exsecretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ofreció una
multitud de discursos durante las 24 horas que duró la cumbre. En uno de
sus últimos mensajes este martes, defendió que la generación más joven
es “clave” en esta lucha y lamentó que la actual sea “la primera
generación que no ha conocido un mundo sin calentamiento global”.
Esta situación, defendió el diplomático surcoreano, hace que
generaciones como la suya tengan “un deber moral” de ofrecer a los más
jóvenes “el espacio y los medios para triunfar” con sus ideas e intentos
de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, e instó a
respaldar con “oportunidades y apoyo financiero” la “ambición, dinamismo
y determinación” que caracteriza a los grupos más jóvenes.
Consideró que responder a ambos retos, la pandemia de la covid-19 y la
emergencia climática, “plantea un desafío tremendo, pero también
presenta oportunidades para hacer las cosas de manera diferente y
reconstruir un patrón” de un estilo de vida más verde, porque la actual
crisis es una “oportunidad para una recuperación más ecológica y para
generar más empleos verdes y más resiliencia” en las comunidades más
afectadas.
Organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el
Banco Mundial aseguraron durante la cumbre que la adaptación al
calentamiento global juega ya un rol cada vez más importante en sus
actividades e inversiones.
“Como FMI, vemos el clima como un riesgo fundamental para la
estabilidad económica y financiera, lo que hace que la acción climática
sea una oportunidad para la recuperación económica, especialmente
después de la pandemia del coronavirus.
La resiliencia climática es una
prioridad crítica y está en el centro de lo que hacemos este y los
próximos años”, subrayó su directora general, Kristalina Georgieva.
Por un estudio instalado en La Haya, pasaron de forma virtual, a
veces en directo y otras en discursos grabados, líderes de todo el
mundo, como la canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés
Emmanuel Macron y el chileno Sebastián Piñera, además del primer
ministro británico Boris Johnson, el neerlandés Mark Rutte y el indio
Narandra Modi.
Rutte subrayó que las “consecuencias del cambio climático
aumentarán, incluso si logramos reducir las emisiones de los gases de
efecto invernadero”, mientras, el enviado especial estadounidense para
Asuntos Climáticos, John Kerry, aseguró que Washington está “orgullosa
de estar de vuelta” a la causa y a los objetivos climáticos del Acuerdo
de París.
Georgieva contestó a Kerry subrayando que "necesitamos todas las
manos a la obra" para afrontar "este gran desafío" climático y añadió
que "Estados Unidos es ciertamente crucial para el éxito" de los planes
globales de adaptación al cambio climático.
La mayoría de los participantes han subrayado la necesidad de
“vincular” las inversiones actuales y futuras que se realicen para
recuperar las economías domésticas de la crisis del coronavirus, con la
aplicación de soluciones para adaptar los sistemas sociales al cambio
climático y a mitigar sus efectos con la reducción de emisiones de gases
de efecto invernadero.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, recordó que
los datos son “claros”: la última década ha sido la más cálida desde que
comenzaron las mediciones, los fenómenos meteorológicos extremos y
temporales relacionados con el clima se cobraron la vida de más de
410.000 personas, principalmente en los países de ingresos bajos y
medios.
Ban Ki-moon añadió que con “nuestra trayectoria actual, con un
aumento de temperaturas de tres grados centígrados, muchas de nuestras
ciudades pueden simplemente dejar de existir. Por eso esta cumbre ha
llegado en un momento crítico”, e instó a “aprender unos de los otros
porque si caminamos juntos, construiremos ciudades con espacios
saludables” y preparadas para los efectos del calentamiento global.
Presidentes y primeros ministros han hecho también promesas de
aumentar la inversión para ayudar a mitigar las consecuencias del cambio
climático en los países con menos recursos.
Países Bajos destinará 120 millones de euros a proyectos en
países de África para la adaptación y ayudará a mejorar la
sostenibilidad de la agricultura en el Sahel ante las constantes sequías
severas.
Berlín también prometió ayer 100 millones de euros adicionales
para el Fondo de Adaptación Climática, que invierte en proyectos
sostenibles y planes de mitigación en los países menos desarrollados.
No obstante, en un comunicado, la Red de Acción Climática (CAN)
lamentó que no hayan tenido lugar “compromisos financieros claros y
adicionales hechos por los países ricos para apoyar específicamente la
adaptación” y consideró que la cumbre ha concluido “con discursos y
promesas, pero sin concesiones concretas” en lo relativo a la
financiación y asistencia necesarias.