EFE | Los demócratas han presentado una nueva acusación de 'impeachment' contra Donald Trump
ante el Senado de Estados Unidos. Activan así un nuevo juicio político
contra el expresidente, el segundo en algo más de un año, pero esta vez
por incitar el asalto al Capitolio que dejó cinco muertos y unas
imágenes sin precedentes en el país.
El trámite, que se inició
este lunes, pone formalmente en marcha este segundo juicio político en
la Cámara Alta, pero demócratas y republicanos pactaron que el proceso
no empiece hasta la semana del 8 de febrero, dando tiempo a Trump para
preparar su defensa. Los nueve congresistas que actuarán de fiscales en el juicio se presentaron ante el pleno del Senado y uno de ellos, Jamie Raskin, leyó íntegramente la acusación contra Trump aprobada en la Cámara Baja el 13 de enero, una semana después del asalto.
Será la primera vez en la historia de Estados Unidos que el Senado
celebre un juicio político contra un expresidente, por lo que una
eventual condena no tendría como consecuencia inmediata su destitución
del cargo. Sin embargo, esta sí que resultaría en su inhabilitación
política, lo que impediría que Trump pudiera volverse a presentar en las
elecciones de 2024.
Una condena e inhabilitación requiere un
mínimo de 67 votos (dos tercios de la cámara), un número que ahora
parece improbable dado que demócratas y republicanos se reparten 50
escaños. El futuro político del exmandatario está, por tanto, en manos
de los 50 senadores de su propio partido, que podrían ver la condena
como una forma de deshacerse del magnate, pero que también pueden temer
un castigo de la base republicana.
Según The New York Times,
27 de los 50 senadores republicanos han dicho ya que apoyarán a Trump,
mientras que 16 tomarán la decisión durante el juicio y otros 7 no han
expresado su opinión. Entre los que han dejado la puerta abierta a la
condena está el líder republicano, Mitch McConnell. En la votación del 13 de enero en la Cámara Baja, fueron 10 los
republicanos (incluyendo su número 3, Liz Cheney) que se unieron a la
mayoría demócrata para aprobar el 'impeachment'. Sin embargo, con el
paso de los días muchos de los republicanos han rebajado su tono
respecto a Trump por el asalto al Capitolio, dificultando el futuro del
juicio.
Además de ser el primer expresidente en la historia de
EE.UU. en afrontar un juicio político, Trump también será el primero en
pasar por segunda vez por este proceso. En febrero de 2020, el Senado
absolvió a Trump por sus presiones al Gobierno de Ucrania para que
investigase por presunta corrupción al actual presidente de EE.UU., Joe Biden. En esa ocasión tan solo un republicano, Mitt Romney, votó a en contra del mandatario.
Los
demócratas que actuarán de fiscales aún no han revelado cuál será su
estrategia de acusación, aunque medios locales apuntaron a que hablarán
en primera persona de su experiencia personal, de cuando tuvieron que
huir de la cámara ante el asalto de los seguidores de Trump. rump, por su parte, ha contratado a Butch Bowers, un abogado que dirige un pequeño despacho en Carolina del Sur y con nulo perfil a nivel nacional.
El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts,
que presidió el primer juicio contra Trump, no repetirá en el rol dado
que el magnate ha dejado ya el poder. Será el senador demócrata Patrick Leahy, el más veterano del hemiciclo (asumió en 1975) quien ejerza de magistrado.