EFE | El Banco Central Europeo (BCE) ha pedido hoy a los mayores
bancos de la zona del euro que identifiquen bien los riesgos de impago
de sus clientes ante la posibilidad de que algunos no puedan devolver
los préstamos.
Tras realizar la revisión anual de 2020 a 112 bancos, en la que ha
mantenido el alivio de los requerimientos de capital que permitió en
marzo por la pandemia de coronavirus, el BCE les ha dicho también que
mejoren su eficiencia. Las principales deficiencias identificadas en la revisión de 2020 se
refieren "al riesgo de crédito, la adecuación del capital, la
sostenibilidad de los modelos de negocio y la gobernanza interna", añade
el BCE en un comunicado.
El BCE ha publicado este jueves los resultados de su Proceso de
Revisión y Evaluación Supervisora (PRES) realizado en 2020 y ha
anunciado sus prioridades supervisoras para 2021.
Las entidades entraron en la crisis bien capitalizadas y con abundantes activos líquidos. En el cuarto trimestre de 2019, los bancos notificaron una ratio de
capital ordinario de nivel 1 (CET1) del 14,9 %, según ha dicho el
presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria, en una
rueda de prensa virtual para presentar los resultados de la revisión.
El BCE relajó en marzo del año pasado los requerimientos de capital,
que los bancos han podido utilizar para absorber pérdidas o financiar
préstamos a los hogares y empresas en necesidad de liquidez
extraordinaria. Los bancos pueden operar con un capital por debajo del establecido en
la recomendación de Pilar 2 al menos hasta el final de 2022 y, en caso
necesario, incluso por debajo del colchón de conservación de capital.
Estas medidas casi duplicaron el margen de capital de máxima calidad
de los bancos (CET 1 %) desde el 2,8 % hasta el 5,3 % en el tercer
trimestre de 2020. En marzo, el BCE dijo que el alivio del capital iba a ser de 120.000
millones de euros, 30.000 millones de euros de los requerimientos de
Pilar 2 y 90.000 millones de euros de las recomendaciones del Pilar 2,
cantidad que los bancos podían utilizar para absorber pérdidas o
financiar hasta 1,8 billones de préstamo a los hogares y empresas en
necesidad de liquidez extraordinaria.
Pero esta cantidad ha sido superior, de 200.000 millones de euros,
porque incluye ahora los dividendos que los bancos no van a pagar,
disposiciones transitorias de la NIIF 9 porque el BCE les permite no
reducir del capital completamente las provisiones por pérdidas esperadas
y el alivio del colchón de prudencia macroeconómica. Estas tres medidas de alivio suponen un 0,3 % del ratio de capital ordinario de nivel 1 (o CET1) respectivamente.
Los dividendos que los bancos europeos no van a pagar suponen 28.000 millones de euros.
Nueve bancos de la zona del euro usan estas medidas y su capital de
máxima calidad se situó en el tercer trimestre por debajo de los
requerimientos anteriores a la pandemia.
Sin embargo, Enria considera que la capitalización de la mayoría de
los bancos supera los requerimientos y recomendaciones, y que "las
medidas de alivio les confieren un amplio margen para absorber pérdidas
futuras". El BCE ha permitido a los bancos el reparto de un pequeño dividendo, en caso de que tengan beneficios.
Los dividendos se deben mantener por debajo del 15 % del beneficio
acumulado de los ejercicios de 2019 y 2020, y no sobrepasarán los 20
puntos básicos de la ratio de capital ordinario de nivel 1. Enria explicó que todavía están negociando con algunos bancos sobre el reparto de dividendos.
El BCE calcula que los mayores bancos de la zona del euro van a
repartir este año entre 10.500 y 11.000 millones de euros en dividendos,
cantidad que cumple completamente la recomendación del BCE, según el
supervisor bancario italiano.
El deterioro de las condiciones económicas durante la pandemia ha ralentizado la reducción de los préstamos dudosos. Pero el BCE observa que existen dificultades en las carteras de
préstamos que aún no son plenamente evidentes por las moratorias de
pagos que han permitido los gobiernos europeos.
Enria enfatizó que "las moratorias y otras medidas de
reestructuración y refinanciación relacionadas con la pandemia de la
covid-19 no deben considerarse como justificación para posponer la
evaluación de situaciones de posible impago". El BCE reconoce que "las moratorias y otras medidas de apoyo han
proporcionado a las entidades y a los prestatarios un respiro vital
cuando se aplicaron las restricciones sociales". Pero los bancos deben actuar pronto para evitar que estas medidas
generen efectos abruptos perjudiciales cuando dejen de aplicarse.