EFE | Cada
cuatro semanas de retraso en el comienzo de una terapia contra el
cáncer, ya sea radioterapia, quimioterapia o cirugía, aumenta la
mortalidad de los pacientes entre un 6 y un 8 por ciento. Así se ha puesto de manifiesto en el Foro EFE Salud "Diagnóstico y
tratamiento del cáncer en la era Covid", organizado en colaboración con
Quirónsalud y en el que diversos expertos han analizado los efectos de
la pandemia en pacientes oncológicos, como los retrasos en los
diagnósticos o tratamientos, ya sea por la saturación del sistema
sanitario o por el temor a acudir a un hospital.
Durante el encuentro, que se ha celebrado con motivo del Día Mundial
contra el Cáncer que se celebra este jueves, el jefe de Cirugía
Oncológica de Quirónsalud Torrevieja y Alicante, Pere Bretcha, ha citado
un artículo de finales del año pasado que estudiaba el aumento de la
mortalidad debido al retraso en los tratamientos entre un grupo de 1,2
millones de pacientes con siete tipos de cánceres, los más comunes y
agresivos (pulmón, cérvix, recto, colon, mama, cabeza y cuello).
Según
Bretcha, que también ha sido presidente de la Sociedad Española de
Oncología Quirúrgica (SEOQ), el estudio concluye que cada 4 semanas que
se retrase el inicio de la terapia aumenta entre un 6 y un 8 por ciento
la mortalidad y, aunque no es un estudio que estuviera dirigido a ver
las consecuencias de la covid, el resultado es "una cifra realmente
llamativa" que "nos avisa de las consecuencias" que supondrán esos
retrasos.
Por su parte, el especialista en Oncología de Quirónsalud Torrevieja
Joseba Rebollo ha destacado que ya era conocido que los retrasos en la
quimioterapia complementaria a una cirugía en mama o colon suponían un
deterioro en la eficacia de tratamiento. En concreto, cada mes de retraso supone un 12 por cien de pérdida de
eficacia más allá de las 8 semanas después de la cirugía, lo que
"significa que 5 meses después de la cirugía la eficacia de la
quimioterapia se reducía a la mitad".
Esta consecuencia no es
homogénea en todos los tumores, ya que cada uno es distinto y reacciona
de manera distinta a ese retraso en la terapia. "Algunos son de
muy lenta evolución, como el de próstata", por lo que retrasar unas
semanas el tratamiento en estos casos no supone una pérdida de eficacia o
de expectativas, pero en otros tumores, como el de mama o el de colon,
un retraso de uno o dos meses "supone un cambio de estadio en el que nos
encontramos la enfermedad y esto impacta en la supervivencia", ha
afirmado Rebollo. En su opinión es una situación "muy grave" y "es lo que nos vamos a encontrar en un futuro".
Preguntados
sobre si esos retrasos se están produciendo en la realización de
pruebas diagnósticas, en la aplicación de los tratamientos o en la
primera consulta del paciente ante una sospecha oncológica, los expertos
consideran que es este último factor el que está generando esa demora. De
hecho, el presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer en
Valencia, Tomás Trénor, ha resaltado que un estudio realizado por su
organización revela que "las primeras consultas han disminuido en un 20
por ciento en relación con un periodo anterior". Ha señalado que,
si bien la situación depende mucho de cada región y de cada hospital,
muestra como el temor de los pacientes a acudir a los centros
hospitalarios ha producido cierto retraso.