MADRID | La
relación estratégica que España y Argelia han mantenido en los últimos
años ha sufrido un frenazo brusco después de que el país magrebí haya
dejado en suspenso el Tratado de Amistad firmado en 2002 como protesta
por el giro dado por el Gobierno de Pedro Sánchez en su postura sobre el
Sáhara Occidental a favor de los intereses de Marruecos.
La decisión adoptada este martes por el presidente argelino, Abdelmadjid
Tebboune, ya ha tenido como primera consecuencia la congelación de las
operaciones bancarias relacionadas con el comercio exterior de productos
y servicios con España y se añade a la llamada a consultas de su
embajador en Madrid adoptada el pasado 19 de marzo.
Al ser el principal proveedor de España, el suministro de gas ha sido
el eje central de la relación con Argelia en las últimas dos décadas,
al que los distintos Gobiernos, tanto del PSOE como del PP, han
considerado un socio privilegiado.Pero
también han tenido relevancia otros asuntos como la colaboración en
materia de control migratorio, la lucha contra el terrorismo y el
diálogo para tratar de resolver el conflicto saharaui, sobre los que se
abre un horizonte incierto ante la reacción argelina.
El suministro de gas
Hasta el pasado año, Argelia era el principal suministrador de gas
natural a España, liderazgo que ha asumido Estados Unidos en el primer
cuatrimestre de 2022, con un 30 por ciento del total, por delante del
país magrebí, con un 23 por ciento. Argelia advirtió a principios
de abril que España es el único país al que pretende revisar el precio
de venta del gas una vez que haya que renovar los contratos, lo que
eleva la incertidumbre sobre la rentabilidad de las importaciones.
España
está conectada por dos gasoductos con Argelia, si bien el que pasa por
Marruecos está cortado desde agosto de 2021 debido a que los dos países
magrebíes tienen rotas las relaciones diplomáticas. La otra conexión es el Medgaz, operativa desde 2010, que llega a
Almería a través de una gran tubería construida a más de 2.000 metros de
profundidad en el Mediterráneo.
Propiedad de la estatal argelina
Sonatrach y de Naturgy, ha visto incrementada su capacidad en los
últimos años para abastecer también a países europeos. Según el
Ministerio de Asuntos Exteriores, existen casi 300 proyectos
hispano-argelinos en sectores como del petróleo, con Repsol y Cepsa, la
construcción, las infraestructuras, el agroalimentario o el
farmacéutico, con la incógnita de cómo les va a impactar la crisis
política.
La inmigración
El otro aspecto que más incertidumbre genera en la nueva etapa entre
España y Argelia es el de la inmigración, puesto que la ruta
mediterránea de llegada de irregulares es la otra gran entrada junto a
la de Canarias. En la jornada de este martes se interceptaron seis pateras en Baleares con más de un centenar de personas de origen magrebí.
Según la Policía, Argelia es el segundo país de procedencia de quienes llegan por mar a España.Antes
arribaban a Almería, pero para sortear el control migratorio, la ruta
se amplió a Murcia, Alicante y el archipiélago balear. Por el momento, Argelia mantiene su acuerdo con España para repatriar irregulares procedentes de su territorio.
La lucha contra el terrorismo
La cooperación para frenar el terrorismo yihadista radical ha sido
otra de las patas sobre las que se ha asentado la relación entre ambos
países y que siempre ha formado parte de la agenda de las reuniones
bilaterales de alto nivel.España ha elogiado la disposición de
Argelia a mantener la seguridad en el norte de África y en el Sahel -la
franja que va desde el África Occidental hasta Somalia-, como hizo el
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando visitó Argel en octubre
de 2020.
"No podemos bajar la guardia porque tenemos a Dáesh más
cerca", advirtió el pasado mes de marzo el director del Departamento de
Seguridad Nacional, el general Miguel Ángel Ballesteros, al mostrar su
preocupación por la expansión del yihadismo en zonas como el Magreb. Sin
señalar países concretos, Sánchez defiende que en la nueva estrategia
que se va a definir en la cumbre de la OTAN de Madrid de finales de este
mes se incluya el flanco sur de Europa como foco de amenaza para los
países aliados.
El Sáhara Occidental
Argelia es el gran valedor de las aspiraciones del pueblo saharaui de
que se celebre un referéndum de autodeterminación para solucionar el
conflicto de la antigua colonia española. Hasta el cambio de
postura impulsado por Sánchez de apoyar la propuesta de autonomía que
Marruecos proponer para el Sáhara Occidental, España mantenía el
equilibrio entre Rabat y Argel, lo que favorecía la interlocución con
ambas partes, ahora rota con la argelina.
Además del apoyo
político al Frente Polisario, los campamentos de refugiados de Tinduf
están en territorio argelino, cuyo principal donante de ayuda
humanitaria es España. “Y lo va a seguir siendo”, se comprometió el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a finales del pasado de mayo. EFE