Un arousano acusado de homicidio asegura que tan sólo ?pegó un poco? a la víctima

El arousano Alberto Gonzalez Riveiro, de 37 años de edad, a quien un jurado popular juzga en la Audiencia Provincial Pontevedra por la muerte de Enrique Collazo Antón, admitió que ambos tuvieron un incidente y protagonizaron un forcejeo durante el que propinó algunos golpes a la víctima hasta que ésta cayó al suelo. El suceso tuvo lugar en junio del año 2005 en Vilagarcía, en la conocida finca Güimil, situada frente a la playa de Compostela y que acoge una antigua casa señorial que está en ruinas, pero pese a reconocer la pelea, el acusado aseguró que le pegó con una "fuerza mínima", por lo que en su opinión ?no pudo morirse por eso?. Sin embargo, el cadáver de Enrique Collazo apareció en una zanja, y presentaba múltiples fracturas de maxilar inferior y superior, nariz, frente, esternón y costillas, lo que según los informes forenses, le provocó un shock traumático. En la primesa sesión del juicio, Alberto Gonzalez Riveiro declaró que a primera hora de la mañana de autos, antes de irse al trabajo, acudió a esa finca a drogarse con cocaína, y que allí se encontró con Enrique Collazo, de 51 años de edad, natural de Cuenca pero asentado en Vilagarcía, en donde era muy conocido por su aspecto "hippy" y su dedicación a hacer pulseras y collares de cuero, que luego vendía. El acusado aseguró que cuando estaba manipulando la droga, la víctima le sorprendió por la espalda empuñando una barra de hierro con la que recibió un golpe, entablaron un forcejeo y unos golpes y Collazo acabó caído en una zanja. Pese a esta declaración, la fiscal del caso sostiene que fue el acusado quien utilizó la barra de hierro contra la víctima, "porque es imposible que en una caída se pudiera producir lesiones tan graves", y asegura que también lo estranguló, pese a que el acusado manifestó que no era consciente de que en ningún momento le hubiera echado las manos al cuello. Fiscalía solicita la pena de quince años de prisión por un delito de homicidio, así como una indemnización de 90.000 euros para la viuda, 22.000 euros para sus dos hijos y 15.000 euros para sus padres.