REDACCIÓN | Las formaciones de extrema derecha no encuentran arraigo en los pueblos pequeños de la España vacía, a pesar de su agenda preocupada por la agricultura, la caza o los toros, pero tampoco en las autonomías históricas, según varios expertos que aprecian diferencias fundamentales con la francesa Agrupación Nacional.
La derecha radical francesa ha arraigado en gran parte del país, excepto en el llamado Gran París, donde vive en torno al 18 % de la población, y por eso amenaza al presidente francés Emanuel Macron en las legislativas, cuya primera vuelta se celebrará este domingo.
Pero la situación en nuestro país es diferente, según varios sociólogos consultados por EFE, que aprecian que la situación de Vox y Se Acabó la Fiesta (SALF) está muy lejos de la formación francesa, no solo por el motivo evidente de que en Francia Marine Le Pen ha logrado en las elecciones europeas un número de votos muy superior al de Vox o SALF, sino también por razones pegadas al territorio.
Víctor Pérez-Guzmán, politólogo y analista de datos, explica a EFE que “el patrón de distribución territorial del voto a la extrema derecha no es el mismo aquí que en Francia, allí Le pen tiene mucho más voto en zonas clásicas de trabajadores, zonas agrícolas, caladeros del antiguo comunismo, y en España esto no es claramente así”.
Juan Francisco Caro, director de la consultora de opinión pública “Opina 360”, señala por su lado que “el voto a la extrema derecha en España no sigue un patrón territorial claro, más allá de la debilidad en las poblaciones más pequeñas y en las autonomías históricas, Cataluña, Galicia y País Vasco”. Leer más