REDACCIÓN | El 9 de noviembre de 2014 salieron a la calle 2,3 millones de catalanes, según el recuento de la Generalitat, para participar en la que fue la primera gran desobediencia del independentismo: la consulta convocada por el Govern de Artur Mas.
De ahí acabó surgiendo la candidatura unitaria de Junts pel Sí, que llevaría de forma imprevista hasta la presidencia de la Generalitat a Carles Puigdemont, quien fue cesado en virtud del artículo 155 de la Constitución tras la declaración unilateral de independencia del 27 de octubre de 2017.
Una década después, los protagonistas de ese 9N siguen sin haber cerrado la carpeta que abrieron aquel día: Mas y otros ex altos cargos autonómicos fueron condenados a devolver casi cinco millones de euros gastados por la Generalitat y siguen pendientes de si se les aplica la amnistía. Leer más