JORGE SEVERO | Un viaje al Camino de Santiago es un recorrido donde la historia, la naturaleza y el senderismo se entrelazan. Pero esta histórica peregrinación a Compostela no sólo es un viaje físico, sino también una experiencia personal de religiosidad, espiritualidad y autodescubrimiento. Y si uno lo piensa bien, el Camino de Santiago tampoco es un viaje al uso: caminar día a día una ruta a Santiago de Compostela, cargando con tu mochila, tiene mucho de reto personal, ¿no crees?
Dicho esto, planificar adecuadamente tu Camino puede marcar la diferencia entre un viaje lleno de inconvenientes y una vivencia inolvidable. Por ello, queremos compartir contigo los mejores consejos de expertos para hacer el Camino de Santiago, recopilados de la experiencia personal de peregrinos curtidos en mil batallas (¡y kilómetros!).
Elige el mejor momento para ti
Elegir el momento adecuado es fundamental: has de elegir la época del año en que desees viajar y disponer de tiempo para ello. Como te imaginarás, la mejor época puede ser el verano por el buen tiempo, y deberás cuidarte de las altas temperaturas e hidratarte bien. En primavera y otoño el clima es más suave y agradable, aunque pueden presentarse lluvias ocasionales. El invierno, por otro lado, como estación fría, lluviosa (con nieve en algunas rutas) y con menos horas de luz, es quizás un momento menos apetecible.
Además, piensa por qué quieres hacer el Camino de Santiago. Si quieres conocer gente y socializar, tu momento es la primavera o el verano. Pero si lo que buscas es soledad e introspección, porque el cuerpo o la mente te lo pide, escoge el otoño o el invierno, o bien una ruta poco transitada.
Prepárate física y mentalmente
El Camino no es (ni debe ser) una competición, pero tampoco es un paseo de domingo. Si no estás acostumbrado a caminar largas distancias, comienza a entrenar al menos un mes antes, aumentando progresivamente el tiempo y la distancia. Incluso, puedes hacerlo llevando mochila, para acostumbrarte a ella. Piensa que en el Camino estarás caminando etapas de una media de 20 km diarios, por lo que deberás estar bien preparado.
Presta especial atención al uso de tu calzado para evitar que te produzcan rozaduras o ampollas. Ten también en cuenta que el cansancio acumulado requerirá que tengas una adecuada preparación física y mental.
¿Qué ruta del Camino de Santiago escoger?
Existen varias rutas del Camino de Santiago, cada una con su extensión y sus particularidades. La mayoría de los peregrinos que hacen el Camino por primera vez escogen hacer los últimos 100 km de alguna ruta oficial, con llegada a Santiago de Compostela. Son viajes de una semana, dentro de Galicia, donde los servicios al peregrino son muy amplios y la señalización de las rutas es óptima.
Y es que recorrer esta distancia a pie es el requisito para que, al llegar a Santiago de Compostela, puedan conseguir la Compostela, el certificado de peregrinación. Este documento demuestra que el peregrino ha realizado la peregrinación, garantizado por los sellos de paso recogidos por él mismo durante el viaje en la Credencial del Peregrino. Así, las dos principales rutas para principiantes son:
.- Camino Francés: la más transitada, siendo Sarria el principal punto de partida.
.- Camino Portugués: famosa por su perfil suave, con la ciudad de Tui como inicio.
Quien ya conozca las dos rutas citadas, hay otros caminos a recorrer: Camino Portugués de la Costa, Camino Inglés, Camino del Norte, Camino Primitivo, Camino de Finisterre y Muxía, Camino de Invierno, Camino Sanabrés y Vía de la Plata.
Planifica tu mochila cuidadosamente
Llevar lo esencial y evitar cargas innecesarias es clave para no sufrir durante el viaje y prevenir lesiones. Como todos sabemos, el peso de tu mochila no debería superar el 10% de tu peso corporal. Incluye ropa ligera y de secado rápido, calzado adecuado, cómodo y utilizado previamente (¡nada de estrenar calzado en el Camino!), un botiquín básico, protección solar, y una chaqueta impermeable.
En invierno, añade una capa térmica, gorro y guantes; en verano, no olvides gafas de sol y una gorra para protegerte del calor. Y si vas a dormir en albergues, un saco de dormir adecuado a la estación también es fundamental.
Organización previa del viaje
Aunque el espíritu del Camino está en la improvisación, tal vez prefieras ser previsor para evitar problemas durante el viaje. Y es que, seguro que te preguntarás: ¿cómo llego al inicio de mi ruta y dónde dormiré? Deberás decidir cómo desplazarte y consultar disponibilidad y reserva de alojamientos.
Si vas a dormir en albergue público, recuerda que no se pueden reservar, y la admisión es por orden de llegada, llevando tu obligatoria Credencial de Peregrino. Como alternativa, un albergue privado sí lo puedes reservar con antelación. Por supuesto, también hay alojamientos con más comodidades como pensiones u hoteles, si quieres tener una experiencia más cómoda.
Muchos peregrinos dejan estos aspectos organizativos del viaje en manos de una agencia de viajes especializada en el Camino de Santiago, para así despreocuparse de la organización de su viaje y disfrutarlo de una forma fácil y cómoda.
Quizás, el consejo más importante a la hora de aventurarse a hacer el Camino de Santiago es disfrutar el momento y viajar sin prisa. Disfruta de tu tiempo en soledad o compañía, contempla los paisajes del Camino, interactúa con otros peregrinos y conoce la cultura y gastronomía local. Al mismo tiempo, respeta a los demás peregrinos y los entornos por los que pases, y que tu huella sea solo la de tu caminar.
El Camino de Santiago es un viaje que transforma a quienes lo recorren, y con una buena planificación, teniendo en cuenta estos consejos, estarás listo para vivir una experiencia que recordarás toda la vida.