AKIRA NÚÑEZ | Greenpeace ha lanzado una denuncia pública contra la industria del petróleo y del plástico, a la que acusa de obstruir las negociaciones internacionales para un tratado global que ponga fin a la contaminación por plásticos.
El proceso, liderado en la Asamblea de las Naciones Unidas para Medio Ambiente, busca alcanzar un acuerdo vinculante en 2025, pero según la organización ecologista, la presión de los grandes contaminadores y productores de combustibles fósiles está ralentizando y debilitando las propuestas.
“Mientras las comunidades más afectadas esperan soluciones reales, los intereses corporativos siguen contaminando las conversaciones”, señaló Greenpeace en un comunicado.
La ONG exige a los gobiernos que prioricen la salud del planeta y de las personas frente a los beneficios de las empresas, y que se comprometan a reducir drásticamente la producción de plásticos de un solo uso, una de las principales causas de polución en océanos y ecosistemas.
Este llamado llega en un contexto de creciente presión ciudadana y científica para frenar la crisis global del plástico, que afecta de forma directa a la biodiversidad y al clima.