Economía
27-11-2008
El presidente de Repsol YPF, Antonio Brufao, ha segurado que desea que los centros de decisión de la compañía permanezca en España y Argentina, y dijo que el consejo de administración no dejará que participe en él un socio industrial que no siga las reglas del juego de la firma porque sería un competidor.
Durante su intervención en el Foro España Innova, Brufau aseguró que si una petrolera como Lukoil quiere sentarse en el consejo de administración de Repsol YPF deberá hacerlo para aportar valor y aceptar las reglas de juego y no para cambiar las cosas, porque de lo contrario será considerada una "competidora" en vez de un socio industrial.
Reiteró que su intención es que Repsol YPF siga siendo "privada e independiente", y estimó que no sería lógica la intervención pública para impedir la entrada de la rusa Lukoil, que, supuestamente quiere comprar el 29,9 por ciento del capital a Sacyr Vallehermoso y La Caixa. En este sentido, advirtió de que si se queda por debajo del 30 por ciento -umbral para lanzar una opa-, tendrá todo el derecho a pagar lo que quiera al accionista que venda, así como la obligación de "entender las reglas del juego".
Subrayó que, en caso contrario y si se trata de un socio industrial como lo sería Lukoil, el consejo de administración "no va a dejarle sentarse porque es un competidor". Respecto a la condición rusa de Lukoil, Brufau dijo que no todos son "buenos o malos por su origen" y aseguró que prefiere accionistas que respeten el carácter privado, independiente e hispano-argentino de la compañía.
Añadió que los centros de decisión de una empresa son muy importantes y es "evidente" que se protegen más con muchos accionistas propietarios que con uno sólo, ya que de ser así "nos convertiríamos en una división".
Brufau, que reiteró que desconoce la operación y que a él no le corresponde decidir quién debe entrar en la compañía, hizo esta reflexión tras reiterar que si Lukoil quiere controlar Repsol YPF deberá lanzar una oferta pública de adquisición (opa) por el cien por cien. En su opinión la compañía, dado que trabaja en un sector estratégico, debe seguir siendo independiente, lo que significa que cualquier accionista que entre tiene que ser muy respetuoso con el plan estratégico y aportar valor a aquello que el consejo, la dirección y los empleados están realizando. "Difícilmente se podría considerar como positiva alguien que entre Repsol y quiera cambiar aquellos criterios que la han llevado a ser lo que es hoy y lo que será dentro de cinco años", aseveró Brufau. Si el nuevo inversor quiere hacer cosas distintas lo que tiene que hacer es lanzar una opa, reiteró Brufau, quien subrayó que si alguien pretende que haya un cambio de control debe cruzar esa "línea mágica".
De finalizar la opa con éxito, "entonces tendrá todo el derecho a hacer lo que quiera", insistió Brufau, que afirmó que como presidente le exigirá que, por encima de todo y en la medida de lo que pueda, respete a los 36.000 empleados y la filosofía empresarial de la compañía.
El presidente del Repsol YPF aseguró que él no frenará una opa y que tampoco dirá a los accionistas si deben o no acudir a ella. Respecto a una posible intervención del Gobierno, insistió en que si en su día el Estado decidió privatizar Repsol, lo lógico sería que la compañía siga siendo privada, y la incorporación ahora de capital público produciría "cierta distorsión". "Creo que todos los gobiernos, sean del color que sea, procuran lo mejor para el interés general", dijo Brufau, quien insistió en que los Estados deberían procurar "intervenir poco en las fuerzas del mercado", y señaló que la solución debe pasar por criterios "estrictamente privados".
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