La defensa de la frontera turca parece que es una prioridad de primer nivel ante la posible expansión del Daesh o Estado Islámico. Los problemas ante el conflicto kurdo en Turquía, aunque parece que están resueltos con las negociaciones y los acuerdos, suponen también un elemento más de incertidumbre. Y la decisión de Estados Unidos y Alemania de retirar sus baterías de misiles en esta zona no es la mejor solución.
Es significativo que el Ejército español tenga, a unos 100 kilómetros de la frontera siria, una batería de misiles, como medida de respuesta, ante posibles ataques. Considero que el ejército profesional español está a la altura de los acontecimientos, y del nivel de alerta que es necesario para frenar la expansión del yihadismo.
Que la financiación del Estado Islámico provenga de la explotación de pozos petrolíferos, en las zonas que dominan en Siria e Irak, es lamentable. Más, si cabe, al saber que los dirigentes del Estado Islámico han comprado a China refinerías portátiles que son difícilmente visibles o localizables desde el aire, o que al ser móviles se pueden ocultar con relativa facilidad.
Y es increíble que las autoridades chinas no hayan impedido esas ventas, ya que los yihadistas, de esta manera, refinan crudo para realizar contrabando con el mismo.
Si a esto se une el expolio de los yacimientos arqueológicos y de las obras de arte y antigüedades, el creciente poderío económico del ISIS debe hacer reflexionar más a los dirigentes políticos occidentales.
Lo más peligroso no es, únicamente, que este estado islámico extremista maneje alrededor de 50 millones de dólares al mes, lo es también que, con el muy abundante dinero del petróleo, pueden comprar armamento pesado de ejércitos militares convencionales para su guerra santa de expansión. Si, por ejemplo, logran comprar misiles de medio o largo alcance, o adquieren armas biológicas.
Además este grupo terrorista envía dinero a células yihadistas que están en Europa. Con la particularidad de que podría ser que quisieran utilizar, o ya estén usando una moneda virtual el Bitcoin, que hace posibles las transacciones de manera anónima, con difícil identificación de las personas, o empresas que intervienen en las mismas.
Por si no fuera suficiente con el clima de inestabilidad política que ya existe en el Próximo Oriente, y con la guerra de Siria y la situación de Irak, en el que, constantemente, se suceden los atentados y la violencia armada.
José Manuel López García