El reciente atentado de Túnez pone de manifiesto que la violencia yihadista sigue. El terrorista suicida que ha causado la muerte de 14 personas es la prueba más clara de que el fanatismo es, difícilmente, neutralizable.
Túnez ya ha declarado el estado de emergencia, algo apropiado dadas las circunstancias y la frecuencia de este tipo de actos suicidas que acaban con la vida de inocentes.
Afortunadamente no son muchos los hombres o mujeres bomba yihadistas ya que, si lo fueran, las consecuencias serían más terribles todavía.
Uno de los procedimientos más efectivos, probablemente, para luchar contra el terrorismo yihadista es una cooperación internacional entre los servicios de inteligencia y las policías de los diversos países. De este modo se podría impedir el reclutamiento de adeptos a las diferentes organizaciones terroristas yihadistas. Impedir el adoctrinamiento en la violencia es otra de las tareas pendientes, o, al menos, en la que se deben intensificar los esfuerzos.
Parece que en el norte de África la seguridad no es tan elevada como en los países europeos y occidentales. Ciertamente el incremento de la vigilancia policial es una de las mejores estrategias para intentar que no se sigan produciendo atentados. Las reuniones entre los jefes de gobierno de las principales potencias mundiales deben servir para aumentar los niveles de protección de la integridad física de todos los ciudadanos, ante potenciales ataques suicidas.
La diversidad de grupos yihadistas puede complicar las cosas a las fuerzas de seguridad, ya que, quizás aumente la posible carga de trabajo que puede recaer sobre las mismas, o, en cualquier caso, hace más difícil la actividad de evitación y prevención de las acciones terroristas. De todos modos, al menos en Europa, aunque no lo parezca, creo que se está empezando a ganar la batalla contra el fanatismo violento.
La sensación de miedo que se ha extendido por algunas capitales europeas, como es el caso de Bruselas y París, es entendible, porque las balas y las explosiones han impactado en las mismas calles europeas, algo que sucede, constantemente, también, por desgracia, en Siria y en otros países.
Pienso que se puede vencer contra el yihadismo, y lograr la paz, pero depende de la actitud política de los estados. Internet es un medio de comunicación, información e investigación extraordinariamente útil, y sirve también para hacer frente a la amenaza del terrorismo global. Los medios de espionaje son también útiles para prevenir la violencia de los grupos extremistas que quieren imponer sus consignas con la fuerza de las armas.
José Manuel López García