La salida o huida de Mosul de más de un millón de personas en los próximos meses puede crear una situación dantesca si no se toman las medidas de asistencia y ayuda humanitaria necesarias. La ofensiva del ejército de Irak contra el Estado Islámico que domina esta ciudad del norte de este país va a producir daños directos y colaterales para la población civil.
De todas maneras, la gente en Mosul se debate entre permanecer en la zona controlada por el Daesh en muy malas condiciones vitales o intentar escapar de este infierno con el riesgo de caer abatidos o heridos por las balas o las explosiones. El dilema es terrible por su brutalidad.
Oxfam es una ONG que ha levantado la voz para alertar sobre la situación que se va a dar en cuestión de semanas y que se puede prolongar durante meses. Y aunque es cierto que se debe respetar el Derecho Humanitario y proteger a la población y a las viviendas e infraestructuras de Mosul únicamente con decirlo y proclamarlo no es suficiente.
Es preciso que países como España pongan recursos y fondos destinados a la ayuda humanitaria. Y los restantes países europeos deberían ofrecer su colaboración solidaria.
El corredor humanitario para que los habitantes puedan salir de Mosul debe ser protegido y también podrían crearse nuevos corredores sin peligro de que estén minados. Los desplazados tendrán que disponer de asistencia para su viaje en la búsqueda de nuevos horizontes de paz en los que rehacer su existencia, aunque sea temporal o provisionalmente hasta que termine la guerra en su territorio.
En junio de 2014 Mosul fue tomada por el Estado Islámico. Esto no tenía que haber sucedido, pero a pesar del control sobre esta zona de Estados Unidos ocurrió lo que nadie quería.
Esperemos que la campaña de sensibilización que está realizando Oxfam consiga que el gobierno norteamericano y el de otros muchos países tome conciencia de lo que significa que más de un millón de personas estén sufriendo una situación de opresión y de guerra que puede acabar con sus vidas.
Los desplazados o refugiados que salgan de Mosul buscando sobrevivir no pueden ser abandonados o dejados a su suerte, ya que deben ser atendidos. Esperemos que algún día no lejano pueda ser reconstruida esta ciudad y que alcance un esplendor que exprese y recuerde la grandeza de su pasado asirio. Irak ha sido cuna de la civilización y debe resurgir de sus cenizas con fuerza y belleza renovadas, pero desde una perspectiva de paz y tranquilidad.
Frente al fanatismo el valor de la tolerancia y de la libertad deben acabar con los restos de intransigencia y crueldad extrema propios del terrorismo islámico radical que elimina lo que no quiere entender. La cultura islámica es bella e inmensamente valiosa e interesante y se puede convivir perfectamente con la población musulmana pacífica que es casi toda. Aunque también es necesario darse cuenta de que, desgraciadamente, está apareciendo la islamofobia en algunas partes de Europa y del mundo.
José Manuel López García