El cierre de la web en español de la Casa Blanca ha causado numerosas protestas. Probablemente ha fallado la comunicación por parte del nuevo portavoz. Ya que ahora se ha dicho que es por razones técnicas y no por motivos políticos ante la oleada de reacciones negativas. En Estados Unidos existen alrededor de 52 millones de hispanohablantes y esto no es un dato despreciable.
De hecho desde una perspectiva económica y cultural supone un mercado muy importante para numerosas empresas. Es un elemento de dinamización económica de primer orden, sin duda. De hecho, dentro de tres o cuatro generaciones está claro que será Norteamérica la que tendrá mayor volumen de población hispanohablante del mundo, según una investigación realizada. Ya somos 500 millones de hispanohablantes en el mundo, lo que da una idea muy clara de la extensión del uso del español en el mundo. La utilización del español está creciendo frente al inglés y ala chino. Y es el tercer idioma más usado en Internet y el segundo en Twitter. También es el segundo idioma de comunicación internacional tras el inglés. Son datos objetivos.
Está aumentando la demanda de enseñanza de la lengua española tanto en Nueva York como en otras partes de Estados Unidos. Y esto debería ser tenido en cuenta por el nuevo gobierno de Trump. En una economía cada vez más globalizada el español posee una fuerza innegable y no se deben poner obstáculos a su creciente expansión.
Además, el poder de compra de los 52 millones de hispanohablantes es muy considerable y está creciendo continuamente. Se calcula que se ha multiplicado por dos desde 2010 hasta 2015. Y este mercado es comparable con el de una de las veinte economías más importantes en el mundo.
Esperemos que en horas o en pocos días vuelvan a estar operativas la web y las páginas en español de la Casa Blanca en las redes sociales. Sería lo lógico y lo deseable desde una perspectiva racional y de sentido común.
El inglés y el español pueden coexistir perfectamente en Estados Unidos. Y el apoyo a la lengua de Cervantes no supone ir contra la identidad norteamericana. En Norteamérica las raíces anglosajonas conviven con los orígenes españoles de buena parte del territorio estadounidense.
Lo que deben comprender los asesores de Trump es que promocionar el español y lo hispano es muy bueno para la economía, la sociedad y la cultura de Estados Unidos. La diversidad y el multiculturalismo son rasgos presentes en los países en la actualidad y esto es algo enriquecedor.
La comunidad latinoamericana es muy importante en el mundo y lo será cada vez más, si acierta a desarrollar adecuadamente su economía aprovechando sus grandes recursos.
En este sentido, los países hispanoamericanos tendrán cada vez mayor peso y presencia en la comunidad internacional desde una perspectiva económica. Si a esto se une la proyección del español en el campo del conocimiento y del arte y la cultura las posibilidades cada vez son mayores. Frente a la fragmentación y la división en el mundo compartir el español es expresión de vínculos y proyectos comunes. Es la manifestación de una colaboración que supera las fronteras.
José Manuel López García