Como ya he mencionado en otros artículos, la fibromialgia de momento no tiene cura, es algo que tenemos que soportar como buenamente se pueda, y no hay otra, es un dolor continuo con el que hay que aprender a vivir día a día.
A la hora de enfocar un diagnostico lo primero que llama la atención es el conjunto de síntomas que tiene, y que normalmente es muy numeroso, y con una característica muy especial en todos los pacientes que las manifestaciones clínicas a las que nos referimos, son de una intensidad importante, no es algo que pueda pasar desapercibido, sino que son síntomas con un grado de intensidad muy alto.
Como bien sabemos es más frecuente en las mujeres, no se sabe exactamente por qué, pero algunos investigadores, aunque hay varias teorías, la más cercana y tal vez con más lógica es que sea un tema hormonal, pero aún no hay resultados concluyentes.
En España el 2,4% de la población en general encaja con los criterios del diagnóstico de la FM, como por lo general no es tratada a tiempo, los síntomas van a más, y según estudios, esta enfermedad puede empezar con 18 años y cuando se muestra ya con síntomas muy latentes aparece en un promedio de edad de unos 47 años, a esta edad todavía se es joven y su situación no es tan mala, pero 20 años más tarde las cosas ya han cambiado, y si no se ha conseguido controlar el problema, la fibromialgia alcanza ya unas dimensiones que se escapan completamente al control de quien lo sufre y por supuesto del médico también, es cuando el deterioro de la calidad de vida alcanza niveles muy considerables.
Es verdad que existen fármacos, pero no son los apropiados para esta enfermedad y pueden producir secuelas importantes a nivel de otros órganos; por otro lado está el ejercicio físico, que está más que comprobado, que ejerce unos beneficios muy importantes para la calidad de vida y también debo mencionar la parte psicológica, que con un buen entrenamiento mental se pueden superar mejor los problemas que van surgiendo.
El avance más importante en estos últimos años es que por fin se reconoce como una enfermedad, y no como hace unos 20 años cuando a las pacientes se las trataba con los mayores calificativos de desprecio como: locas, desequilibradas y muchas otras barbaridades. Era algo traumático, ya que la persona estaba enferma de verdad y encima era marginada no solo por la sociedad en general sino también por los propios médicos, que a día de hoy, aún quedan algunos.
En la actualidad en España con tantos recortes, y la situación que tenemos en la sanidad no podemos esperar mucho, ya que hace años se investigaba sobre esta enfermedad, pero en estos momentos está todo parado, cuando lo más importante es un diagnostico precoz.
Debido a toda esta situación, salen remedios por todas partes como si fuesen algo milagroso, cuando lo único que quieren es aprovecharse del dinero de las personas que sufren una enfermedad crónica y además con dolores continuos. Por todo ello no puedo dejar de hacer mención de algunos que salen al paso de todo esto.
Por un lado la lemeterapia, que entre sus aplicaciones, realiza un calentamiento de la zona a tratar con esterillas térmicas y posteriormente con aparatos vibratorios según dicen para curar la fibromialgia; no se ha conocido ningún caso de curación hasta el momento.
En la actualidad hace furor la camilla de “andulacion”, tratamiento de calor por infrarrojos y vibraciones para paliar el dolor, además también hacen mención de que activa la circulación, aumenta la vitalidad, ayuda a perder peso, genera colágeno para la piel y además tiene un efecto rejuvenecedor, vamos que esto es como la lámpara de Aladino.
Es más ponen su precio en unos 3600 €, quien la pueda comprar, sino hay que pagar cada sesión al precio acordado; pero esto no es ninguna novedad señores, nada que no pueda hacer un buen masaje y una manta eléctrica, que son más baratos que todos estos aparatos, que a la vuelta de un tiempo nos estorban en casa y acabamos regalando a algún conocido.
Por tanto todo esto no deja de ser un negocio que se dirige hacia las personas con dolores de difícil curación como es el caso de la fibromialgia. Y es que siento “verdadero asco” que se sigan aprovechando de las buenas personas, que además están sufriendo y es que no sienten ningún escrúpulo al sacarles el dinero, que algunas de ellas hasta se empeñan con la esperanza de que puedan curar.
Vuelvo a decir, a día de hoy la FM no tiene cura, que no les engañen con aparatos milagrosos.
Conchi Basilio