Un interesante estudio realizado en EE.UU. entre los años 1990 y 2008, llegó a la conclusión de que la esperanza de vida de los estadounidenses descendía de forma dramática: un promedio de 3 años de vida en hombres blancos con estudios básicos, y de 5 en el caso de mujeres de la misma clase social. En ningún país occidental se habían observado cambios tan drásticos desde la Segunda Guerra Mundial. De hecho muchos hombres apenas alcanzan la edad de jubilación.
Las causas de las muertes “prematuras” muestran un aumento de enfermedades relacionadas directamente con la comida rápida. Sin embargo en el año 2010 científicos de la universidad norteamericana de Columbia descartaron que el sobrepeso y el tabaquismo figuren como causas del referido descenso. Por lo que se tuvo que recurrir a un segundo estudio internacional más reciente titulado: “Plantas modificadas genéticamente, glifosato y la destrucción de la salud en los EE.UU." en el que se demostró la relación que existe entre el aumento de enfermedades mortales con el cultivo de soja y cereales modificados genéticamente, ya que tanto la soja como los cereales transgénicos casi siempre son fumigados con el herbicida glifosato.
El resultado del estudio vino a demostrar que el aumento de los cultivos transgénicos está directamente relacionado con el aumento de enfermedades mortales en EE.UU. Por si fuera poco se pudo encontrar coincidencias muy significativas entre los casos de hipertensión, derrame cerebral, diabetes, obesidad, Alzheimer, parkinson, esclerosis múltiple, hepatitis C, fallo renal grave, así como en casos de leucemia y de cáncer de la glándula tiroides, de hígado, de vejiga, de páncreas y de pulmón.
Igualmente aumentaron considerablemente los casos de trastornos síquicos como el autismo infantil. En 1975 padecían esta enfermedad 1 de cada 5000 niños, hoy ya son 68. De continuar esta tendencia, explica una científica del Instituto de Tecnología de Massachussets, en diez años la mitad de los niños vendrán al mundo con este trastorno.
¿No es acaso este un ejemplo de que el ser humano no puede hacer con la naturaleza lo que le plazca? Parece que cuanto más interviene el hombre jugando a ser Dios, tanto más desastrosas son las consecuencias para nuestro medioambiente y para el ser humano. Hace años se alzaron voces que advirtieron sobre que fomentar ciegamente la manipulación de la naturaleza llevaría a una alteración del equilibrio natural de la Creación. No obstante conforme a la ley de Siembra y cosecha el ser humano acarreará con las consecuencias de sus actos. ¿Después de 2000 años no es hora de tomar en serio la regla de oro de Jesús de Nazaret que dice «Lo que no quieras que te hagan a ti, no se lo hagas tú tampoco a nadie»?, lo que es valido también la para la Tierra y sus reinos naturales.
José Vicente Cobo