Después del sorteo del Mundial de Rusia parece muy asequible que España pase a segunda ronda pues los rivales de grupo serán Portugal, Marruecos e Irán. Pero pronosticar más allá parece ya un acto de excesiva clarividencia, además de un riesgo en el pronóstico. Ver que por el camino te puedes encontrar con Uruguay, Argentina o Alemania no hace más que certificar que quedar campeón del mundo es un objetivo muy difícil y que cualquier rival con el que te enfrentes puede dejarte apeado de la competición.
Por eso, la competitividad de los veintitrés jugadores que compongan la expedición española va a ser muy importante porque la exigencia del torneo va a requerir, seguramente, la participación de casi todos al mayor nivel.
Algunos de los grupos salidos del sorteo parecen indicar una cierta descompensación, pero es que tomando parte nada menos que treinta y dos selecciones nacionales estas cosas pueden pasar fácilmente.
A la espera del comienzo de la competición en el próximo mes de junio, ahora llegan los momentos de especulación para los aficionados, que eso también es fútbol.
Antonio Llamas