Para empezar, aclaremos que la figura tributaria que vamos a tratar no es una tasa (tributo por cuyo pago el contribuyente recibe una contraprestación directa del sector público), sino un impuesto.
En la legislación española la tasa Tobin (o a veces también conocida como “Robin Hood Tax”) es el denominado Impuesto sobre las transacciones financieras (ITF). Este impuesto, junto con la tasa Google (que tampoco es una tasa), fue aprobado el 15 de octubre de 2020 para entrar en vigor a mitad de enero de 2021.
De origen nobel y catapultado por los antiglobalización
La idea original del ITF se retrotrae a 1972 y fue formulada por James Tobin, que fue premio Nobel de Economía en 1981, pero no por esta idea.
Según Tobin, el ITF, mediante un tipo impositivo de entre el 0,1 y el 1%, debía gravar las transacciones financieras internacionales que, al necesitar del intercambio de divisas, podían generar inestabilidad en el valor relativo de las monedas y, dificultar, entre otros, la política monetaria de los países afectados. <img
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Alejandro Esteller-Moré