Lo que ha expresado en la cumbre del clima que se está celebrando estos días en Egipto el Secretario General de la ONU Guterres pone de manifiesto, que afrontamos ya una situación insostenible. Vamos, en efecto, de cabeza como dice a un infierno climático. Estamos avanzando a pasos rápidos y agigantados a una situación de no retorno o irreversible. China que no asiste a la reunión es uno de los países que más contamina junto con Estados Unidos, Rusia e India. El establecimiento de un fondo de compensación económica, para los Estados en vías de desarrollo parece, en principio, una buena medida para el refuerzo de las economías más débiles, en el panorama internacional.
Aunque en esta cumbre está representados más de 120 países, no es suficiente, porque los que más contaminan, no quieren reducir sustancialmente sus emisiones de dióxido de carbono. De este modo, como dicen muchos expertos en estas cuestiones, se está acelerando el calentamiento global, de una forma extrema y muy rápida. Que mueran más de 100.000 personas cada año, en todo el planeta, por los efectos de la contaminación atmosférica parece no preocupar a los líderes o gobernantes de los países más industrializados. Tiene más valor el beneficio económico de las grandes industrias, que la vida o la salud de los seres humanos. También el exceso de residuos electrónicos que es visible en Bangladesh y otros países del mundo daña gravemente la salud y produce enfermedades y muertes.
Los millones de sistemas de calefacciones centrales, de los diversos países del mundo, producen también muchas emisiones contaminantes perniciosas. Existen sistemas más sostenibles y limpios, como la aerotermia, placas solares, gas natural, etc. En todo caso, lo lógico y racional es que los propios Gobiernos de los países den subvenciones o ayudas económicas suficientes a los ciudadanos, para que renueven las calefacciones, con estas nuevas tecnologías por el bien de todos.
Los resultados del calentamiento del planeta se están notando, de forma clara, en el deshielo de los polos y de los glaciares y también en la extinción de muchos animales y plantas. Muchas especies están ya al borde de la desaparición, por causa de la contaminación del aire, la tierra y los oceános. La selva amazónica está perdiendo masa forestal a un ritmo tremendo y eso que es uno de los pulmones del mundo. Otras selvas y junglas también pueden desaparecer en unas décadas, si no se toman medidas contundentes y se protege la naturaleza salvaje, de una forma firme y decidida.
Las sequías cada vez son más intensas y duran más. Se están desertificando extensas zonas en Europa y en otros continentes.En España, por ejemplo, la desertificación avanza de modo continuo y en unos años o decenios, la situación puede llegar a ser horrible. Los pantanos están casi secos, porque cada vez llueve menos. La diferencia entre las diversas estaciones parece que ha llegado a su fin. Lo que se está observando es que se perciben dos estaciones fundamentales: verano e invierno.
La completa desorganización climática se nota en la proliferación, cada vez mayor, de huracanes, temporales, ciclones, gotas frías, etc., que destruyen campos y pueblos y ciudades.
Es absolutamente necesaria la renovación de la industria, para que las emisiones contaminantes sean mínimas, con el fin de mantener la calidad del aire que se respira. Es más importante la salud y la vida, que estar algo mejor económicamente para mantener la potencia de la sociedad consumista en la que estamos. El consumo excesivo no significa mayor calidad de vida, todo lo contrario.
A todo esto, se añade que una parte de la gente no tiene civismo y tira basura y desechos a lagos, ríos, mares, montes y parajes naturales de todo tipo, sin pensar en los demás ni en la conservación de la naturaleza para nosotros y las próximas generaciones.
Si los países que más contaminan no cambian de planteamiento no habrá solución para este planeta y su clima. Los que pagaremos las consecuencias negativas seremos los ciudadanos y no los gobernantes y las clases ricas o privilegiadas, que poseen medios económicos para evitar los problemas causados por el calentamiento global. De seguir así, en pocas décadas la vida en la tierra, tal como lo conocemos ahora mismo, irá desapareciendo y de nada servirán las lamentaciones.
La capacidad de regeneración de la naturaleza del planeta no es ilimitada y esto mismo ya lo están observando los científicos, desde hace decenios. Siento tener que decirlo, pero soy pesimista y realista. No creo que se consiga, que no continue aumentando la temperatura de nuestra tierra, en los próximos años y lustros. Ver video
José Manuel López García