El Confidencial
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José Manuel López García
Desde mi sillón

"Afeitarse cada mañana"

19-10-2025

Una gran parte de la población se afeita cada día, lo normal cada mañana. Entre los deberes que nos hemos impuesto es el estar bien afeitado, cierto que la máquina eléctrica lo facilita. 

He mirado en el vientre de la ballena de Internet buscando una cifra, ya saben, si alguien lee mis artículos de vez en cuando, creo que el número o la cuantificación es una ventana importante para entender una realidad o un hecho o un fenómeno. El dato es casi lo primero, después vendrán las interpretaciones. 

Pero me encuentro que además del color del cabello, de que existen personas con más o menos en el rostro, también cambia la velocidad de crecimiento, también la dureza o fortaleza, la sensibilidad de la piel, a eso hay que añadirle lo que de alguna manera aconseja, digamos este verbo, por no expresar obliga la cultura: es decir, si hay que afeitarse o si no, en la mayoría de los casos, o deja tolerancia. Diríamos que en Occidente se ha arribado a una situación de libertad y tolerancia en este tema. Ya, ya no es mal vista la barba. Durante unas décadas aquí en este terruño fue símbolo y signo de libertad o de ir en contra del sistema. No hay que olvidar que para algunas pieles y rostros no es conveniente afeitarse todos los días por sensibilidad, etc. 

Se dice, que durante siglos, algunas comunidades ideológicas o religiosas, aconsejaron no afeitarse, porque una herida en la piel, no había penicilina, podría causar consecuencias nefastas. Y, existía menos peligro de irse cortando la barba a medias, pero no afeitarse del todo. Otros, otros indican que la higiene ha sido siempre un problema, realidad que era menor en ese tema, sólo se necesitaba lavarse más el rostro o la tez o la cara al amanecer de la luna. 

Conozco a personas que dejan la máquina de afeitar en algún lugar, y, de vez en cuando, cada mañana, se van afeitando. Porque diríamos no tienen mucha paciencia para estar quince minutos recortándose todo de una estacada. Así de vez en cuando recuerdan que tienen que hacerlo. Y, así, pues la piel tampoco se enrojece. Ahora existen dos procedimientos básicos de afeitarse con el sistema técnico eléctrico, aquí también se ha insertado la técnica de la segunda fase industrial, que fue la “invención” de la electricidad, o con los procedimientos a máquina sencilla de corte o de acero, que también ha evolucionado enormemente. 

Los que se dejan barba de vez en cuando tienen que ir a la tienda especializada, al peluquero, que suele hacerlo con tijera, dejando al final la escultura de rostro que desea el receptor, está viniendo la costumbre de utilizar hilos para recortar el cabello y la barba. Es este un procedimiento que me parece exige mucha destreza. La mezcla de culturas. 

Al existir empresas multinacionales de utensilios del afeitado, éstas habrán hecho estudios sobre distintos aspectos. Me he fijado en un detalle que los anuncios de publicidad de cualquier producto, al menos en Occidente, por lo general, la mayoría de varones/hombres salen bien afeitados, salvo en algún tipo de mercancías, que dejan una pequeña barba desbarba, muy cuidada pero un poco desaliñada, como de joven bohemio en contra levemente del sistema, pero insertado en él. Quizás, así se venda más de dicha mercancía. 

Como no somos Europa ya la fábrica del mundo, tenemos que ser la fábrica de todos los tipos de servicios mercantiles y para los seres humanos: desde comidas, vacaciones, vestidos, lociones, moda, y, cosas similares a cientos. Quizás, esa sensación de imperfección y leve o mediana angustia, se deba a que nadie puede tener/satisfacer todos los servicios posibles. Puede que tenga las cacerolas suficientes y el descanso suficiente y la ropa suficiente y otras necesidades primarias, pero no las secundarias, menos las terciarias, pero todos los días percibe en televisión que otros si las tienen –y, aquí quizás nazca la envidia colectiva, o una fuente de ella, y, quizás esto influya mucho en la angustia generalizada, después la tristeza-depresión, al final, también se nota en los votos… Pero es una pregunta, pregunta hipotética, no sé si este aserto es cierto. Vengan los científicos sociales a darnos luz. 

Saben ustedes que el afeitado se suele dividir en dos grandes categorías, en húmedo y en seco –lo he mirado en Internet, nadie crea que soy tan listo-. Y, dentro del húmedo está la famosa cuchilla manual o la navaja clásica. A seco, pues es la maquinilla eléctrica, de la que hemos hablado. Supongo que pronto intentarán inventar un procedimiento que sólo se necesite afeitar una vez a la semana… 

Pero cómo soy curioso, o soy un animal de preguntas, más que racional bípedo o implume, siguiendo la antología del mundo clásico. Me pregunto si los prehistóricos se afeitarían o no. Me pregunto, qué o cual civilización empezaría a afeitarse o permitiría que los varones se afeitaran de forma regular. Me pregunto si en alguna sociedad existía un castigo de afeitar a las personas. Cierto es que existen pueblos con más barba y pueblos con menos. 

Una realidad como el afeitado, que es una enorme industria mundial, entre productos primarios y secundarios para este fin. Las grandes empresas o algunos departamentos de universidades nos podrían ofrecer cifras. Aunque sólo fuesen por curiosidad. Pero ya saben ustedes, las cifras al final, hay que interpretarlas, y, abren una ventana de conocimiento a la realidad. Supongo que habrá tesis doctorales sobre este tema. Pero es cierto que una realidad, que al menos, aquí en Occidente, empezamos cada mañana, al amanecer algunos, más tardío en otros, una gran parte de la población se mira y remira frente al espejo para abolir de su paisaje de su rostro, formada por montañas y valles y lagunas y riachuelos los cuatro o cien o mil cabellos que tenemos… 

Se ha preguntado usted alguna vez, cuántos cabellos tiene en su rostro, no en su cabeza en su rostro-tez-cara, si dispone de quinientos o trescientos o setecientos… Alguien nos podría indicar, cuánto es la media en esta cuestión. Cómo se pueden contar. Alguien quiere averiguar esta cifra. Y, todo lo que lleva las diferencias geográficas. 

Pero cada mañana hay que afeitarse, y, usted, supongo no sabe y no conoce, cuántos cabellos se rasura cada mañana o cada tarde. Yo, tampoco.

Jmm Caminero


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