El Confidencial
radiolider Buscador de noticias buscar en google
José Manuel López García
Apunte

25N: no es solo cosa de mujeres

24-11-2025

Cada 25 de noviembre volvemos a poner el foco en la violencia contra las mujeres. Y cada año repetimos la misma idea: esta lucha debe ser colectiva, firme y sostenida. Sin embargo, lo que para muchas de nosotras es evidente, continúa presentándose en ciertos discursos como una causa femenina (en el mejor de los casos, no voy a escribir el término derivado acuñado por algunos sectores reaccionarios). Como si combatir una violación de derechos fundamentales fuera una cuestión de género. No lo es. Nunca lo ha sido. Y asumirlo es imprescindible para avanzar.  

La violencia machista no nace de un día para otro ni aparece solo en los titulares más dramáticos. Se construye en lo cotidiano: en la falta de empatía social, en los chistes que normalizan el control masculino, en el silencio incómodo ante un comentario machista, en los entornos laborales que prefieren mirar hacia otro lado para evitar conflictos. Y en esa cadena de complicidades involuntarias participa toda la sociedad. Por eso, desmontarla también exige la implicación de todas las personas. 

Es importante insistir: la responsabilidad de frenar esta lacra no puede recaer únicamente sobre las mujeres y mucho menos sobre las víctimas. Es injusto, ineficaz y profundamente dañino. No puede pedirse valentía individual sin garantizar previamente un entorno que acompañe, proteja y actúe. No basta con animar a denunciar si seguimos tolerando actitudes que son la antesala de la violencia. Porque sí, es violencia cuestionar la palabra de una mujer. Es violencia justificar el control bajo la excusa del amor. Es violencia invisibilizar las consecuencias laborales que sufren las víctimas. Y es violencia, una de las más extendidas, callar cuando se presencia un comportamiento que degrada, intimida o somete. 

La realidad más preocupante es que, pese a décadas de pedagogía y sensibilización, observamos un repunte de actitudes machistas entre las generaciones más jóvenes. Nuevos formatos de control —la ubicación compartida de manera permanente, la entrega obligada de contraseñas, la fiscalización de amistades o actividades en redes— aparecen disfrazados de “confianza” o “normalidad”. Y no nos engañemos: reproducen el mismo patrón antiguo de dominación. La forma cambia, el fondo no. 

Ante este panorama, la respuesta no puede ser tibia. Necesitamos que la ciudadanía entera —hombres, mujeres, instituciones, empresas, centros educativos y organizaciones sociales— asuma que la violencia machista es un problema estructural que nos interpela a todos. No se trata solo de reaccionar a los casos más extremos, sino de reforzar una cultura democrática basada en la igualdad, el respeto y la corresponsabilidad. 

Desde el Sindicato de Trabajadores lo vemos cada día: el ámbito laboral es uno de los escenarios donde esta violencia se manifiesta con crudeza. Y también uno de los espacios donde más se puede transformar. Delegadas y delegados, direcciones, comités de empresa y plantillas completas tienen la capacidad —y el deber legal y moral— de detectar señales, acompañar, activar protocolos, proteger y no permitir que ninguna mujer quede a merced de su agresor en silencio. Porque el silencio protege al agresor, no a la víctima. 

La lucha contra la violencia machista es una tarea compartida. No es una bandera que levantamos solo las mujeres ni un compromiso que se limita al 25 de noviembre. Es un principio democrático: garantizar que todas las personas puedan vivir libres de miedo y de violencia. Por eso, este año más que nunca, quiero hacer un llamamiento claro: que cada gesto cotidiano cuente, que cada comentario inapropiado encuentre respuesta, que cada hombre entienda que también es su responsabilidad, que cada institución cumpla su papel, que cada empresa actúe, no solo declare. Y que ninguna mujer—ninguna—tenga que enfrentarse sola a lo que es un fracaso colectivo. Hagamos del silencio un escándalo. Y de la igualdad, un compromiso real de toda la sociedad. Marga Vilà – Secretaria de Igualdad, Diversidad y Conciliación del Sindicato de Trabajadores (STR)

Cartas al Director


Ver otros artículos de este colaborador




www.galiciadiario.com no se hará responsable de los comentarios de los lectores. Nuestro editor los revisará para evitar insultos u opiniones ofensivas. Gracias




Videoteca