EFE | Portugal
asume este 1 de enero la presidencia de la Unión Europea ante el
desafío de preparar la recuperación poscovid y tendrá que concluir los
trabajos para que el plan de resiliencia empiece a ser implementado, en
un clima marcado por las consecuencias del acuerdo del Brexit.
La presidencia alemana deja como herencia un acuerdo para el plan de
recuperación y el presupuesto comunitario para el período 2021-2027,
pero la tarea está todavía lejos de quedar finalizada.
Aún es necesario cerrar la reglamentación de todos los
instrumentos para que los fondos puedan empezar a llegar a los Estados
miembros, una labor que cabrá ahora liderar al primer ministro luso,
António Costa.
Después de que el acuerdo para el fondo se complicase a finales
de año con el veto de Hungría y Polonia y su disputa por el Estado de
derecho, nada garantiza que esta fase de los trabajos vaya a ser un
camino de rosas.
"Puede haber dificultades. Portugal tiene que acelerar procesos y
garantizar que las cosas se hacen a tiempo", aseguró a EFE el
catedrático del Instituto Superior de Economía y Gestión de Lisboa
António Mendonça, que fue ministro de Obras Públicas entre 2009 y 2011.
Mendonça considera que "hoy ya existe consenso sobre que los
impactos económicos de la covid-19 son profundos y no pasajeros", pero
insiste en la necesidad de actuar rápido porque "Europa no puede
quedarse atrás respecto a otras zonas del globo".
Esos impactos son también sociales, pues la pandemia ha asestado
un golpe al empleo y ha acentuado las desigualdades, una realidad que
no será ajena a la presidencia portuguesa, que quiere igualmente
priorizar el pilar social de la UE.
Todo ello en un semestre en el que se hará realidad el Brexit,
tras el acuerdo alcanzado en Nochebuena entre Bruselas y Londres tras
maratonianas negociaciones en esta recta final del año. El pacto incluye un tratado comercial que cubre bienes y
servicios y elimina los aranceles; un marco de cooperación judicial y de
seguridad, así como disposiciones para aplicar el propio acuerdo y
dirimir las disputas que puedan surgir.
En esta nueva andadura, Portugal puede ser un buen "mediador" de
cara al futuro con el Reino Unido, como reconoció en una reciente
entrevista con EFE el ministro luso de Exteriores, Augusto Santos Silva.
Lusos y británicos están unidos por la alianza diplomática más
antigua del mundo, que viene del siglo XIV, pero además "hay una
especial sensibilidad de Portugal, más allá de la historia, sobre Reino
Unido", refiere a EFE el economista de la Universidad de Coimbra José
Reis.
Miles de británicos tienen segundas residencias en el país luso,
al igual que hay una importante comunidad de emigrantes portugueses en
Reino Unido.
Reis cree que debería aprovechar esos lazos en una apuesta por
"la tolerancia, la comprensión y la cooperación" que pueda ayudar a
consolidar las nuevas relaciones que establece el acuerdo alcanzado con
el Reino Unido, también comerciales.
Promover la apertura de Europa al mundo y su liderazgo "en la
consolidación de un sistema de comercio internacional abierto y basado
en reglas" es otra de las prioridades establecidas por Portugal en el
programa de su presidencia, y no es una novedad.
En sus anteriores presidencias también dio especial importancia a
las relaciones externas del bloque, y ha sabido aprovechar las
relaciones históricas que mantiene en casi todos los continentes debido a
sus antiguas colonias, como la África de lengua portuguesa, Brasil o
países asiáticos como Timor Oriental o India.
En esta presidencia quiere dar un impulso especial a las
relaciones con India, con la primera cumbre entre el país y la Unión
Europea, en un momento en el que ya existen conversaciones para un
futuro acuerdo comercial.
Portugal también tiene fuertes lazos con Brasil, con quien en su
última presidencia europea, en 2007, ya organizó una cumbre en la que
se acordó reforzar las relaciones económicas y comerciales. Esta
hermandad podría ser útil de cara al acuerdo entre la UE y Mercosur.
"A pesar de ser pequeño y de la periferia de Europa, Portugal es
una ventana para la economía global", defiende António Mendonça.
Tampoco olvidará Portugal dos aspectos que han sido ejes de la
Unión Europea en los últimos años, las transiciones digital y ecológica.
"Son banderas para promover cambios a nivel industrial y
económico", refiere Mendonça, que considera que "una economía pequeña
como Portugal es particularmente sensible a la tecnología, la necesita".
Y es un sector al que se ha dado un gran empujón en los últimos
años, cuando la visibilidad de Portugal a nivel tecnológico se ha
disparado porque acoge cada año una de las mayores conferencias en la
materia, la Web Summit.
Precisamente fue en la última edición de la Web Summit donde el
ministro de Economía y Transición Digital luso, Pedro Siza Vieira,
anunció que durante su presidencia europea Portugal dedicará atención a
"la declaración de los valores fundamentales que deben ser asegurados en
la sociedad digital".
Es el momento: se acaban de presentar las leyes de servicios
digitales y mercados digitales que darán forma al futuro digital de la
UE.