EFE | El extesorero del PP Luis Bárcenas ha cargado
contra la "cobardía" de exdirigentes del partido por no "dar la cara" y
admitir la financiación irregular, y ha asegurado que los papeles que la
acreditan son "ciertos" y que el expresidente del Gobierno Mariano
Rajoy destruyó "espantado" una parte de los mismos.
La segunda y última jornada de declaración de Bárcenas en la
Audiencia Nacional, como acusado en el juicio sobre la presunta caja B
del partido, ha recogido una invitación velada a exdirigentes como
Mariano Rajoy o la ex secretaria general del PP María Dolores de
Cospedal para que admitan "que nos hemos equivocado, que nos hemos
financiado irregularmente y que sabíamos lo que estábamos haciendo".
Él ya lo hizo, ha apuntado, en aras a la "colaboración" con la
Justicia de la que ha presumido este martes y como, según él, demuestra
que se estén examinando sus famosos "papeles" sobre la contabilidad en b
del partido, a los que ha dado veracidad "del principio hasta el
final".
Es más, en relación a 42 supuestos apuntes que aparecen
relacionados con Mariano Rajoy en dicha documentación, ha indicado:
"Esas cantidades que figuran recibidas por don Mariano Rajoy durante un
periodo que creo que va desde 1996 o 1997 hasta el año 2008 son
absolutamente ciertas".
Lo que no es verdad, según Bárcenas, que está en prisión por el
caso Gürtel, es que guarde animadversión al PP, ni a la dirección actual
ni a "la antigua cúpula", entre quienes ha establecido una clara
distinción, sino que está "molesto" por la "cobardía" de algunos
exdirigentes por "no dar la cara".
No obstante, ha cargado contra ese "antiguo PP" bajo el
"mandato" de Rajoy por organizar una operación policial para robarle
documentos y grabaciones que acreditarían "en la propia voz del señor
Rajoy" esa "contabilidad extracontable".
Es la llamada operación
Kitchen, investigada en otra causa de la Audiencia Nacional.
Entre esas grabaciones estaría, según Bárcenas, una que
afectaría al expresidente del Gobierno, correspondiente a un encuentro
en su despacho donde el extesorero le entregó el remanente de la
presunta caja B -25.000 euros, según declaró el lunes- por "indicación"
del exsecretario general Javier Arenas, junto con las dos últimas hojas
de esa contabilidad B "para que viese cómo llevábamos el tema".
"Luis, ¿pero cómo podéis llevar esto?", le contestó Rajoy, de
acuerdo con la versión de Bárcenas, que ha indicado que le dijo que era
indicación de su antecesor Álvaro Lapuerta -ya fallecido-, como
"garantía" por si alguien ponía en duda algún pago.
"La conversación es así de rápida y a continuación el señor
Rajoy se gira en el sillón y, en una destructora que tenía detrás,
destruye esos dos documentos", ha relatado.
El extesorero, que en el juicio sólo ha contestado a la
Fiscalía, a la Abogacía del Estado y a su defensa, ha apuntado al
comisario Andrés Gómez Gordo, exasesor de Cospedal en la Junta de
Castilla-La Mancha, como la persona que afirmó que "se hizo" con los
documentos, según el sumario del caso Kitchen, y quien "debería" aportar
la mencionada grabación si no ha sido destruida.
A preguntas de su abogado, Gustavo Galán, ha asegurado también
que detrás de esa colaboración que prometió en una carta a la Fiscalía a
unas semanas de las elecciones catalanas "no hay nada delirante", ni
ningún acuerdo "para perjudicar al PP" en los comicios.
Gonzalo Urquijo y Belén García
Tras Bárcenas ha llegado el turno de Gonzalo Urquijo y Belén
García, los socios de la empresa Unifica, que ejecutó la reforma de la
sede del PP, situada en la madrileña calle Génova, y cuyo supuesto pago
en negro con dinero de la caja B centra este juicio.
Ambos, que se enfrentan a 3 años de prisión, han desmentido la
versión que aportó el extesorero cuando dijo que Lapuerta y él se
reunieron con Urquijo para proponerle "aceptar una cantidad de forma
extracontable", y que éste indicó que se lo consultaría a su socia.
"Yo esa reunión no la he tenido nunca y a mi nunca se me ha
ofrecido eso", ha negado Urquijo; "Gonzalo jamás mencionó eso y si me lo
hubiera mencionado le hubiese dicho que de ninguna de las maneras", ha
dicho más tarde García, que ha añadido que aquello "no hubiese tenido
ningún sentido" porque lo que querían era facturar lo máximo posible
para conseguir más "nivel" como empresa.
Urquijo ha definido a Bárcenas como "alguien intocable, era como
Dios", una persona "bastante inaccesible" que "tenía un poder que era
algo increíble" y "muchos problemas con muchísima gente". "No era muy
querido por parte del partido", ha opinado el arquitecto antes de
apuntar que en el PP "había un ambiente no muy agradable".
Con él no cree haber coincidido "más de dos o tres veces" y a
Lapuerta sólo le vio en una ocasión cerca de los ascensores de la sede,
mientras que su socia ha indicado que le ha visto en "fotos".
Ante las diferentes cantidades apreciadas por el fiscal en las
certificaciones finales de las obras de la planta baja (una por 586.000
euros y otra por más de un millón), Urquijo ha explicado que podría ser
que le hubiesen pedido "una certificación superior", al igual que le
pedían "recibís o modificaciones de facturas". "Pedían cosas bastante
extrañas, ¡eh!", ha apuntado.
Urquijo, que ha precisado que "costaba mucho cobrar" con el PP,
ha señalado que se lo pudieron reclamar así para "pedir más dinero
arriba" y, en cualquier caso, ha quitado toda "validez" al documento de
más de un millón, hallado en el registro al PP, porque sólo eran válidas
las certificaciones finales firmadas y desglosadas.