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Conchi Basilio
José Manuel López García
Internacional

BIRMANIA

"Es aterrador": la junta intensifica su espiral de represión en Birmania

16-03-2021 15:12:08

EFE | Birmania (Myanmar) vive un ambiente de "tensión y terror" debido a la brutalidad de las fuerzas de seguridad que aumenta día a día mientras el número de asesinatos de civiles se multiplica en un país parcialmente sometido a la ley marcial y con las conexiones de internet móvil bloqueadas. "Nunca sabes cuando vas a ser arrestado de manera arbitraria, golpeado, torturado o recibir un disparo. El ambiente es tenso y aterrador", explicó hoy a Efe un joven de 24 años residente en Rangún, la mayor ciudad del país.

La escalada de violencia de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes y la población civil sigue creciendo tras más de cinco semanas en las que los birmanos protestan a diario contra el golpe de Estado ejecutado por los militares el pasado 1 de febrero. La ONU cifró hoy en 149 las personas que han muerto a manos de los uniformados desde el levantamiento militar, aunque reconoció que son datos "conservadores" y se circunscriben únicamente a los fallecimientos que se han podido confirmar.

Por su parte, la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) habla de un total de 180 muertos y señaló que solo en los dos últimos dos días al menos 94 civiles han fallecido por disparos de la Policía o el Ejército.

"La brutal represión de la junta que comenzó el 9 de febrero se ha intensificado día a día", señala la asociación que denuncia que las fuerzas de seguridad también han matado a "personas corrientes" que no estaban participando en las protestas. Dos mujeres de unos sesenta años murieron el lunes en Rangún tras recibir disparos de las fuerzas de seguridad, que abrieron fuego en la calle, en una jornada en la que murieron 20 personas y 50 resultaron heridas.

La matanza de ayer llegó después de que policías y soldados acabaran con la vida el domingo de al menos 74 personas, entre ellos una niña de 15 años y otros tres menores, durante el día más sangriento de la brutal actuación de las fuerzas de seguridad, según el registro actualizado hoy por AAPP, que incluye más de 2.000 detenidos desde el golpe. "Siento que salir a la calle ya no es seguro. Mis padres entran en pánico si no vuelvo a casa antes del anochecer", comenta el joven de Rangún que participa activamente en las protestas que piden la vuelta a la democracia y la liberación de los políticos electos detenidos, incluida la depuesta líder Aung San Suu Kyi.

El acoso y el peligro no está disuadiendo a los manifestantes que según este joven birmano tienen la esperanza de poder frenar a los militares: "Nos mantenemos decididos e inquebrantables". La presencia de soldados en las calles ha aumentado, en muchas casos vestidos de civiles, y también la frecuencia de las redadas nocturnas donde se detienen a centenares de personas mientras el país vive apagones diarios de internet.

"Ya han pasado un mes y 16 días desde el golpe, pero la situación empeora cada día", comentó a Efe otro joven de Rangún que se declara "aterrado" por las presión y la violencia ejercida por los uniformados. ¿Crees que la ONU va hacer algo por nosotros", preguntó desconsolado a través de la aplicación de mensajería Signal, una de las más encriptadas y seguras por lo que se ha extendido entre la población en Birmania. 

El país lleva semanas de apagones nocturnos de internet pero desde el lunes también se ha bloqueado la conexión de datos móviles desde los teléfonos. "No es sorprendente que estas restricciones se produzcan después de que muchas escenas de terrible violencia por parte de las fuerzas de seguridad fueran documentadas y compartidas a través de dispositivos móviles", explica Richard Weir de la organización Human Right Watch.

Tras la violenta represión del domingo en Hlaing Tharyar, en las afueras de Rangún, donde se produjeron ataques a fábricas operadas por compañías chinas, la junta militar extendió la ley marcial a seis distritos de la antigua capital por lo que los detenidos en las protestas pueden ser juzgados en tribunales militares. Mientras, el apagón informativo es cada vez más evidente, numerosos periodistas de medios independientes como Mizzima y Myanmar Now, que reportan a diario sobre las protestas, han huido del país cruzando ilegalmente la frontera a Tailandia tras una ola de detenciones. La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR) señaló hoy que al menos 37 periodistas han sido detenidos y pidió que "el Ejército pare los asesinatos y las detenciones de manifestantes".





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