REDACCIÓN | El segundo Gobierno de coalición de la actual etapa democrática cumple un año en medio de la conmoción por las consecuencias de la dana que azotó parte de Valencia y tras un periodo de crispación política creciente en el que no pudo aprobar nuevos presupuestos y Pedro Sánchez llegó a amagar con su retirada.
Cuatro meses le costó desde las elecciones generales del 23 de julio lograr la mayoría necesaria (esta vez consiguió la absoluta) para superar la prueba de su investidura, prometer su cargo el 17 de noviembre y, tres días después, comunicar los integrantes de su nuevo Ejecutivo.
Si en la pasada legislatura el PSOE gobernó en coalición con Podemos, en esta ocasión fue Sumar el socio de los socialistas para iniciar un periodo en el que, a pesar de los roces que ha habido entre ambos partidos, en Moncloa se subraya que se ha trabajado codo con codo y, ante las diferencias, no ha existido el “ruido” del que llegó a quejarse públicamente el presidente del Gobierno cuando el aliado era el partido morado.
Un punto de inflexión de estos doce meses llegó en abril, cuando Sánchez comunicó que se tomaba unos días para reflexionar si le merecía la pena seguir o no en el cargo después de que el juez Juan Carlos Peinado abriera diligencias de investigación a su esposa, Begoña Gómez, por la supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios tras una denuncia de Manos Limpias. Leer más