Cacharro y Cuiña, los grandes ausentes en el "cónclave" popular de Ribadumia

La cumbre de Ribadumia ya es una tradición en el seno del Partido Popular. Marca el inicio del curso político. Hoy se citaron en el Pazo Quinteiro da Cruz, de la familia Piñeiro, los pesos pesados del PP. Hicieron piña. Pocas ausencias. Sólo se echó de menos a Francisco Cacharro Pardo, presidente de la Diputación de Lugo. Y a José Cuiña, ex secretario general del PPdeG. Sí estaban en Ribadumia el presidente nacional, Mariano Rajoy, y el líder del partido en Galicia, Alberto Núñez Feijoo. Tampoco faltó el ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga. El ahora senador habló a los dirigentes y se comprometió a partir de ahora "a no estorbar". Destacó lo "decisivas" que serán las próximas elecciones municipales. Y se ofreció a "colaborar incondicionalmente como uno más". No le faltan las fuerzas a Manuel Fraga. Desde la tribuna de oradores lanzó duras críticas. En un momento, movió las manos y el vaso que estaba apoyado a su lado se fue al suelo y rompió. "¡Yo no lo tiré, se cayó!", dijo al momento sin dudarlo. Carcajada general. También acudió otro ex presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor. Fraga dijo de él que había sido "derribado por una traición". A la una de la tarde comenzaron a llegar al Pazo de Quinteiro da Cruz los primeros invitados. El diputado Arsenio Fernández de Mesa ejercía como maestro de ceremonias. Manuel Fraga fue de los primeros en llegar. Se comenzaron a formar los primeros corrillos al pie del cruceiro del pazo. Y muchos dirigentes se acercaban a saludar al ex presidente de la Xunta. "Don Manuel, lo veo muy bien", le comentó una mujer. "Sí, me conservo bien", contestó. "Ya lo vi en el periódico bañándose en Perbes", siguió la conversación. "Me baño todas las mañanas a las 8.30, es muy saludable", contestó. Mientras tanto, continuaban llegando líderes. Estaban cinco de los candidatos a las alcaldías de las siete grandes ciudades de Galicia: Juan Juncal, por Ferrol; Joaquín García Díez, por Lugo; Telmo Martín, por Pontevedra; Corina Porro, por Vigo; Carlos Negreira, por A Coruña. No acudieron a la cita Gerardo Conde Roa, candidato en Santiago de Compostela, y el candidato por Ourense, Enrique Nóvoa López. De los presidentes de Diputación sólo faltó Francisco Cacharro. Rafael Louzán Abal, de la de Pontevedra, fue el 'alma mater' de la cumbre. En su discurso denunció que "a nosa terra está en mans do que xa se delatou como o maior incendiario político de Galicia, Anxo Quintana; e o seu cómplice Touriño, que non é máis ca comparsa do amigo Blanco". José Luis Baltar, presidente de la Diputación de Ourense, ocupó un lugar en la mesa presidencial, donde había sitio para Fraga, Rajoy, Feijoo, Alfonso Rueda -número dos del PPdeG-, Louzán, Romay Beccaría, Juncal y la ex ministra Ana Pastor. También se sentó en la mesa principal la dueña del pazo. José Manuel Barreiro, portavoz del grupo Parlamentario del PP, no llegó al inicio del encuentro. Sus obligaciones parlamentarias se lo impidieron. En los postres sí estaba. Lo mismo sucedió con José Crespo, presidente de la Fegamp y alcalde de Lalín. A la cumbre también se acercaron ex conselleiros como Manuela López Besteiro, Jesús Palmou, Enrique López Veiga, Aurelio Miras Portugal, José Antonio Orza Fernández, Santiso Miramontes o Pilar Rojo. A eso de las dos de la tarde, los líderes se sentaron a la mesa. El menú: empanada de mejillones, pulpo, carne 'ó caldeiro' y filloas. Todo regado con albariño y tinto de la zona.