El alcalde de Soutomaior denuncia la "soledad institucional" de los concellos frente al fuego y el de Camariñas admite falta de coordinación
Lores atribuye la ola incendiaria a un "ataque organizado" en respuesta a los cambios en política forestal
Este viernes fue el turno de los alcaldes en la comisión de estudio creada en el Parlamento gallego para estudiar causas y consecuencias de la ola de incendios de agosto. Abrió la sesión el regidor del concello pontevedrés de Soutomaior, Agustín Reguera, que la situación de "absoluta soledad institucional" vivida durante la ola incendiaria, así como la "improvisación" de la Xunta. También compareció el regidor socialista de Camariñas, que admitió falta de coordinación en el operativo pese a la existencia de medios; y el alcalde nacionalista de Pontevedra, que insistió en la existencia de un ataque organizado en protesta por los cambios en política forestal. El primer regidor popular que comparece ante la Comisión de Estudo de los incendios abogó por esclarecer lo sucedido durante la primera quincena de agosto, "pero tamén depurar responsabilidades". Por ello, mostró su incomprensión "ao medo" que suscita "a palabra investigación". El alcalde de Soutomaior aseguró que los responsables de las administraciones locales vivieron situaciones de "soledad institucional" durante la crisis incendiaria y también posteriormente. En este sentido, indicó que "non recibín ningunha chamada dalgún responsable político" y añadió que cuando el fuego afectó a su concello "souben que pasamos a nivel de alerta 2 por unha axencia de noticias". Además, criticó que los alcaldes no tuvieran ningún interlocutor con la Xunta o un teléfono al que llamar en caso de emergencia extrema. "Só tiñamos o 085 e o 112 como calquer cidadán e estaban colapsados", aseveró. Regueira hizo una defensa "rotunda" de todos los regidores que lucharon contra el fuego y, especialmente, de sus compañeros del PP, porque "foron maltratados e insultados por membros do Goberno de Galicia, incluso nesta Cámara". En este apartado, criticó que se hicieran estas manifestaciones y "non se pedisen dimisións". De hecho, aseguró que "se prefire mirar para outro lado" y decir que "a culpa, como sempre, é do PP", en vez de cesar a alguien, aunque sea "un subalterno". Improvisación El regidor de Soutomaior aprovechó su intervención para denunciar la "improvisación ou polo menos falla de previsión" de la Consellería de Medio Rural, señalando que este año recibió la carta de la Xunta para conformar la brigada municipal el 7 de junio, "tres meses máis tarde que o ano pasado". En su opinión, durante los incendios que afectaron a su municipio los medios fueron "insuficientes e non estiveron coordinados", por lo que el fuego llegó a las casas "porque non foron apagados antes". Además, destacó la "falla de planificación absoluta" de la Administración autonómica. Reguera reconoció que "nunca vivimos situacións similares" a las de este verano, aunque añadió que "senón tampouco estaríamos aquí". A la falta de coordinación también se refirió el alcalde de Camariñas, Juan Bautista Santos Ramos, aunque en este caso se refería al operativo, indicando que, muchas veces, "aparecían cuadrillas que non sabían onde meterse". Santos Ramos aseguró que los convenios con los concellos "foron asinados coma sempre: tarde, mal e arrastro o último día". Además, indicó que este verano se vivió una situación de excepcionalidad, al tiempo que destacó que "tivemos medios coma nunca, aínda que sempre que non se apaga son insuficientes". Según el alcalde de Camariñas, Galicia debe abogar por cambiar la gestión del monte, señalando la concentración de montes y nuevas fórmulas de aprovechamiento como la biomasa. Asimismo, defendió la profesionalización de las cuadrillas, sobre todo, las municipales. Pontevedra Por su parte, el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, apuntó que los incendios vividos en su concello en el mes de agosto "non se trata dos lumes ordinarios de calquera verán", sino de una "especie de ataque organizado que responde aos ventos de cambio que resoplan na política forestal deste país". Durante su intervención en la Comisión de Estudo de los incendios, indicó que la sensación vivida en Pontevedra era "apocalíptica", ya que la ciudad quedó rodeada de un "círculo de lume". Aunque aseguró que "non son eu quen vaia especular sobre a existencia de mafias ou conspiracións", apuntó que "non comparto as explicacións etéreas nin as maldicións que caen do ceo" y apostilló que para quemar los montes "hai que quererlle ben pouco a este país". El regidor pontevedrés arremetió contra la herencia recibida por la Consellería de Medio Rural de la anterior Xunta. De hecho, denunció que las fábricas y, concretamente Ence, explotan el paisaje "como lles peta" y que el Gobierno respondía a los constantes incendios "únicamente" con un dispositivo de extinción "sen preguntarse cal é realmente a causa de que o monte estea empobrecido e abandonado". En relación a la pastera, recordó que se instaló bajo "a intensa vixilancia militar da dictadura" y que, paralelamente, los montes de Galicia "comezaron a trocar o seu aspecto tradicional, deixándose colonizar case absolutamente por unha especie exótica". Por ello, apostó por una diversificación de especies, al tiempo que recordó que el eucalipto también tiene más posibilidades que la producción de pasta de papel.