El Confidencial
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Conchi Basilio
Cartas al Director

La guitarra flamenca sustituye a la gaita en el himno gallego

Una lámina pendió peligrosamente sobre el Gobierno durante el pleno

19-12-2006

La apuesta por "a linguaxe universal da música" para culminar las celebraciones del 25 aniversario del Parlamento de Galicia asombró a propios y extraños. Y es que, un himno gallego tocado con guitarra flamenca no deja a nadie indiferente. En los corrillos que se formaron en los pasillos del Parlamento durante el aperitivo, esta innovadora versión, interpretada por los gallegos Cuchús Pimentel y Delio Domínguez, fue la más comentada. Eso y la presencia del Niño Josele, un joven gitano de 32 años conocido en el mundo entero, pero que causó sorpresa en el hemiciclo gallego. La expectativa que creó la interpretación del himno gallego a ritmo flamenco no defraudó a nadie, aunque resultó muy difícil para los diputados poder hacer los coros con dignidad, sobre todo los requiebros finales. Quien más y quien menos se limitó a mover los labios sin elevar mucho la voz para que no se notara su falta de ritmo andaluz, o que no sabían del todo la letra. En todo caso, el himno acabó, como mandan los cánones, con el tradicional y contundente "nazón de Breogán", esa que trae de cabeza a todos los grupos en la reforma del Estatuto. Espada de Damocles De cabeza también estuvieron los miembros del Gobierno, preocupados por la espada de Damócles que tenían sobre ellos, y no figuradamente. Y es que la anécdota de la jornada fue la lámina de metal que pendió peligrosamente sobre una parte del bipartito, aquella en la que se encontraba el presidente de la Xunta. Este adorno, uno de la veintena que había colgados sobre el hemiciclo, se desprendió de una de sus colgaduras minutos antes de que el portavoz nacionalista, Carlos Aymerich, iniciara su discurso. Para evitar riesgos, el conselleiro de Economía se desplazó al asiento de al lado, dejando un hueco al lado del titular de Presidencia, José Luis Méndez Romeu, que miró con suspicacias el artefacto colgante. Durante toda la sesión, tanto él como el presidente y el vicepresidente se mantuvieron apoyados hacia la derecha, por si acaso, mientras los diputados socialistas, situados en los escaños posteriores no dejaban de controlar que el cuadrado no siguiese desplazándose. Pero afortunadamente, todo quedó en un pequeño susto que sólo provocó un despiste en la atención de los presentes. Extraños compañeros A la hora de confraternizar tras el acto, la política hizo extraños compañeros, no de cama, sino más bien de pincho. Así se pudo ver al ex líder del BNG, Xosé Manuel Beiras, conversando largo y tendido con el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijoo. Sin embargo, no hubo saludo visible entre éste y el actual portavoz nacionalista, Anxo Quintana, pendientes de reunirse el próximo día 23. En general, Beiras escenificó su vuelta al escenario político charlando con un amplio abanico de personalidades, desde el expresidente de la Xunta, el socialista Fernando González Laxe, hasta el exconselleiro de Política Territorial, Xosé Cuíña. Aunque, no fue el único que se pudo ver saludando al otrora conocido como delfín de Fraga, ya que también Feijoo cumplió con este gesto. Mientras, varios miembros de la parte socialista del Gobierno aprovecharon para tener una pequeña reunión en las escaleras del hemiciclo, donde se pudo ver a la conselleira de Política Territorial, al de Economía, y al de Presidencia, junto en el propio Touriño, hablando largamente.





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