Feriantes de etnia gitana boicotean el mercadillo de Estribela para protestar por su exclusión

Pese al amplio dispositivo policial integrado por agentes de las policías nacional y local, que había solicitado el gobierno local de Pontevedra para garantizar que los vendedores ambulantes autorizados, mayoritariamente payos, pudiesen instalar sus puestos, el mercadillo de Estribela (Pontevedra) no ha podido reanudarse debido al boicot de los feriantes de etnia gitana. Tras varios meses de suspensión para proceder a su reordenación, el mercadillo de Estribela debía recuperar su actividad normal, pero ninguno de los feriantes autorizados llegó siquiera a intentar colocar sus puestos ante la presencia de alrededor de un centenar de feriantes gitanos que se concentraron en la explanada donde debería celebrarse el mercadillo para protestar por su exclusión. "El problema es que a ver quien se atreve a montar así" señaló uno de los portavoces de los feriantes payos, Carlos Beiro, tras reconocer que existe miedo entre sus compañeros, aunque también entienden la postura de los feriantes gitanos, ya que "en muchos casos llevan trabajando en esta feria más tiempo que nosotros y tienen derecho a estar aquí". El portavoz del colectivo gitano, Sinaí Giménez, aseguró que su intención no fue en ningún momento boicotear la feria, sino denunciar que "los gitanos somos los únicos que perdemos los puestos con una reordenación que es ilegal y no respeta nuestros puestos de trabajo". Sinaí Giménez responsabiliza de esta situación a la concejala de Mercados, Teresa Casal, a la que acusa de abocarlos a la "exclusión social, y a un maltrato continuo" ya que les priva de un puesto de trabajo que representa su pasado, presente y futuro. Suspendido "sine die" Por su parte, Teresa Casal anunció la decisión del gobierno local de suspender "sine die" el mercadillo ambulante de Estribela, tras constatar que ninguno de los 125 feriantes legalmente autorizados para trabajar en él, decidió instalar sus puestos. La concejala socialista advirtió que la feria no volverá a celebrarse hasta que obtenga garantías por parte de una amplia mayoría de feriantes de que celebrarán la feria con normalidad, ya que "esta actitud demuestra que los ambulantes no están dispuestos a poner nada de su parte, y yo no puedo hacer más", señaló Teresa Casal. "Sinaí es una persona que está condenada por injurias, amenazas y agresión, y lógicamente el miedo es libre. Mientras las instituciones policiales y judiciales no tomen cartas en el asunto, los propios amenazados no presenten sus denuncias para que esto prospere, yo no puedo hacer más por ellos", reconoció la concejala. "Se trata de proteger los derechos de los payos que están habilitados para montar sus puestos, y de los gitanos que están realmente sometidos al poder de este señor". Casal García concluyó afirmando que "lo que el concello no puede hacer es montar un dispositivo policial todas las semanas, para garantizar los derechos de unas personas que no están dispuestas a defender en público los derechos que reclaman en privado".