Los acercamientos desde las posturas iniciales no fueron suficientes
El BNG pasó la "nación" del artículo al preámbulo, el PSdeG la asume sin apellido y el PPdeG ve una región histórica
El camino recorrido por PSdeG, BNG y PPdeG hasta llegar a la cumbre de Monte Pío ha ido acompañado de una serie de propuestas, ideas y sugerencias que han ido saliendo a medida que avanzaba la negociación, a veces como declaración verbal de intenciones, a veces como texto escrito. El término nación, que ha centrado buena parte de los debates en el proceso de reforma estatutaria, consta en las dos propuestas realizadas por el BNG, aunque de diferente forma. El texto originario presentado por el BNG incluía esta definición en los propios artículos. Esto es, el articulado recogía que Galicia es una nación (en el documento de diciembre de 2005), mientras que en la segunda propuesta que ha presentado, la "nación" queda relegada al preámbulo, y no está dotada por ningún "apellido". Caso diferente es lo que al respecto valoran las demás fuerzas políticas. Mientras el PSdeG no ha llevado hasta el final su idea, nacida del himno gallego, de que el preámbulo reconociera que Galicia es la "nazón de Breogán" (la cambió luego por carácter nacional o nación), los populares abogan únicamente por reconocer el sentimiento nacional de unos pocos, aunque recordando que Galicia es, a su juicio, una región histórica. Los nacionalistas, por su parte, han centrado su discurso en diferentes ejes, entre los cuales cobra también protagonismo el sistema de financiación. Al respecto, también se ha registrado un cambio de estrategia desde la propuesta inicial hasta la que Anxo Quintana trasladó a Monte Pío, caracterizada por una renuncia al impuesto de sociedades, que seguirá recaudando el Estado, así como eliminando todo porcentaje alusivo a las cesiones sobre IVA e IRPF que recaerían en las arcas de la Comunidad. Más competencias La ampliación de competencias es un arma que contemplaban PSdeG y BNG ya en sus textos originarios. Quintana, demandando un Consello Xudicial Galego como órgano descentralizado (que mantiene ahora), y Emilio Pérez Touriño, solicitando un incremento de las competencias del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Al menos este es uno de los aspectos que aborda la primera propuesta que manejaba el presidente de la Xunta -está en sus manos ya desde el año 2004- elaborada por la Fundación Iniciativas 21 por encargo del presidente autonómico. El texto, incidía entre otras cosas en la igualdad de sexos para acceder a cargos públicos, el derecho a una renta básica y al medio ambiente, la necesidad de reforzar la posición de Parlamento frente al Ejecutivo y la búsqueda de fórmulas para que los gallegos que residen en otras comunidades puedan votar en las elecciones autonómicas de Galicia. Un acuerdo de mínimos Fruto de las dos posturas originarias, Quintana y Touriño sellaron un acuerdo de mínimos (fue denominado como "Acordo sobre criterios para un Estatuto de todos") el pasado mes de junio. Este contempla el carácter nacional, recoge el derecho de todos los gallegos de usar el idioma propio de Galicia y el deber de conocerlo, así como la necesidad de reforzar el ámbito competencial. En materia de financiación, este acuerdo de mínimos alude a la suficiencia financiera de la Hacienda gallega, la creación de la Axencia Tributaria Galega, así como a la negociación de un acuerdo financiero con el Estado, para superar el déficit histórico. Núñez Feijóo, que se reservó sus propuesta para el final, aboga por que sea la Constitución la que equipare los idiomas y porque en materia de financiación, que Galicia disponga de una cuantía fija hasta que converja con España.