Es lógico y racional que toda actividad humana se evalúe y se reevalúe, por tanto, se han publicado bajo mi firma unas docenas o cientos de artículos en este medio. Por lo cual, es racional o razonable quizás expresar unas ideas y conceptos para que el potencial lector quizás los entienda o comprenda mejor.
Entiendo el artículo periodístico como un género más literario, como combinación de literatura y de otros saberes, expresando temas de la realidad. Y la realidad es enormemente amplia y compleja y simple.
Es cierto que cada persona tiene una visión de los hechos y de los datos y de los conceptos y de las ideas. Por lo cual, cada artículo periodístico, no solo por el tema, sino por la pluma que lo redacta tendrá una visión o materialización o concreción o tendrá otra. Incluso en un mismo autor, la edad y la época y los aconteceres de esa misma persona, su sociedad, su cultura y multitud de variables, afectarán de un modo o de otro.
Pienso que un artículo no tiene como finalidad, nadie se rasgue las vestiduras, dirigir a las personas hacia una dirección u otra, sea sociopolítica o sociocultural. Cierto es que se expresan datos e ideas y razones y argumentos. Pero la finalidad o intención del articulista, al menos, el que suscribe esto, es ofrecer un panorama de cuestiones o de datos sobre un tema. Y sobre eso, el lector o lectora amplíe o amplifique o redacte o materialice, lo complete o lo complemente.
No es la intención de este modesto articulista cambiar la mentalidad de nadie, ni de nada, menos aún de un colectivo o parte de la sociedad. Sino expresar hechos y datos e ideas y argumentos y preguntas y temas, y que sirva o sea, un motivo para que el lector siga pensando o completándolo. Hoy, en Internet, ofrece, que debajo de cada artículo, el lector sea colector, sea coautor, es decir, complete con nuevos datos y argumentos, en el respeto, eso sí, respeto, las ideas del articulista.
Sigo las ideas de Alain, el gran articulista francés, que consideraba que se podía y podría hacer filosofía, profunda y esencial filosofía con el artículo. En esa perspectiva me muevo. Estimo y creo que se puede y se debe construir y realizar gran filosofía, con el artículo, que es a la vez, literatura y es filosofía. Además de otros aspectos de la realidad.
Antiguamente se hablaba de libros esotéricos y libros exotéricos. Es decir, libros para la escuela y los discípulos directos, y libros para el gran público. A veces, estimo y pienso, que los artículos son grandes cuestiones, en temas menores, o aparentemente menores, de grandes cuestiones de filosofía para todos los públicos…
Posiblemente se escriban y publiquen en el mundo, cientos de miles de artículos periodísticos, de todos los temas y colores cada día. Porque entre periódicos en papel y virtuales, deben existir, varias docenas de miles de periódicos. He intentado varias veces, averiguar, cuántos periódicos existen en España y en Europa y en el mundo, entre los de papel y digitales, y no he sido capaz de aproximar una cifra. Aquí dejo el guante para si alguien conoce la información la indique.
Indicaba de los cientos de miles de artículos periodísticos de opinión y similares, y columnas, y editoriales y de firma y de diversidad de temáticas, este es uno más. Pero la intención de los artículos, que modestamente suscribe y firma este plumífero, intenta aportar algo a la explicación de lo real, añadir algún trozo más de verdad y si es posible de bondad-bien y de belleza y de racionalidad y de prudencia.
Lo ideal, de un artículo como yo lo entiendo, es construir, no destruir. Cierto que un tema equis, puede tener o existir diez opiniones o vertientes o perspectivas. Pero, la posición que el escribiente-pensante del articulista realice, sea con modestia y prudencia, que aunque algún lector no esté de acuerdo con ella, no se sienta herido, ni haga sangre, como se indica popularmente.
Para mí, este concepto esencial. Cada uno, según su libertad de pensamiento-conciencia-expresión, materializa una posibilidad o varias en un tema. Pero nadie se debe sentir herido. Me hiere la sensibilidad, tanto artículos y tantos articulistas, con tanta hiel y vinagre y agrietad en sus palabras.
Por lo cual, intento que cada artículo que se escribe-publica, aporte algo a la realidad. Y sueño, que dentro de cien años, se puedan leer y pensar y meditar, si no todos, muchos de los artículos que he suscrito con alegría y sirvan también para continuar reflexionando…
La realidad es inmensa, la realidad social y cultural. Cierto es que rozo muchos temas, de diversas especialidades, con diversos puntos de vista. Temas sociales y culturales y con distintas perspectivas y saberes. El artículo debe ofrecer sosiego y verdad con bondad y belleza. No debe crispar más los ánimos y las mentes, ni los corazones…
Pero pienso que esta es la riqueza del artículo, así de ese modo, el potencial lector y lectora, esa mañana que va en el metro o autobús leyendo un artículo, es consciente que existen otras realidades, que quizás no conozca, por ejemplo, un códice medieval iluminado, que podría tener la misma categoría estética que una catedral, o una cuestión o tema o problema, que apenas nunca ha reflexionado. Paz y bien y belleza.
jmm caminero