Escribir, pensar, observar artículos periodísticos es reducir, reducir la realidad. Cada cosa pequeña o grande, es inmensa en su pequeñez o en su amplitud. Por tanto, todo artículo por ser artículo es limitado, y lleva ya muchos errores por exceso o por defecto, pero lo que no debe llevar es la manipulación, el engaño al lector, puede arrastrar errores, pero no mala intención, el articulista debe intentar buscar la verdad y la bondad, y hacerlo, respetuosamente, que alguien, que no esté de acuerdo con esas ideas o frases, se diga para si mismo, no estoy de acuerdo, pero no me siento insultado, ni herido. Porque hoy, debemos indicarlo, somos demasiado tolerantes en muchos temas, pero en otros, somos fanáticos. Pongan ustedes nombre, a qué temas sí y a qué temas no.
En unos temas de vulnerabilidad social e incertidumbre, como los que estamos pasando, y todos han sido de este nivel, quizás el artículo, pueda ser un pequeño bálsamo de sosiego para el ser humano, quizás, como siempre, hay que mostrar a los humanos, que nos merecemos vivir y existir, y debemos hacerlo, que tenemos muchas cosas buenas y algunas malas, que podemos salir de esta, igual que las generaciones que nos han precedido también salieron de sus dilemas. Que tenemos derecho a seguir respirando y pisando este aire y esta tierra.
Creo que el artículo periodísticos es una variedad del género del ensayo, pienso que si Montaigne hubiese vivido hoy o hace dos siglos, habría escrito artículos periodísticos, sus ensayos los había pasado a lenguaje de artículos, es más creo que hoy tendría presencia en alguna red, expresando ideas, a medias dubitativas, a medias afirmativas, a medias cuestiones y preguntas. En definitiva, lo que hacemos todos los articulistas y todos los ensayistas, más los que tienen o tenemos un singular rasgo filosófico o metafísico combinado con la literatura y el arte…
El articulista, como el ensayista, a mi modo de ver, tiene que ser modesto, humilde, sosegado, templado, no se debe sentir superior en cultura al hombre común, cada uno entiende de unos temas, y al final, las ideas son esenciales, pero criar tomates también y venderlos también. De ahí, le lleva a esa aptitud y actitud de estar escuchando siempre, a una actitud y aptitud de escucha, escucha en la plaza, escucha en los medios de comunicación, se escucha a si mismo, escucha la historia y la Historia, escucha al Buen Dios, escucha… Diríamos que es el gran oidor de dentro y de fuera, de ayer y de hoy, y así, intenta prever algo del futuro. Del futuro que nadie conoce, porque un cambio pequeño, puede acarrear acumulaciones de cambios. La realidad, nosotros somos realidad, la realidad de realidades nos sobrepasan. Esta es la verdad.
Todos soñamos con libros gordos muy sistemáticos, crear sistemas, pero después la personalidad y las circunstancias te llevan hacia el ensayo, es decir, textos no terminados, quizás nunca totalmente empezados, cabalgándolos unos sobre otros. Pueden parecer sencillos, que todo el mundo lo puede hacer, y quizás sea así, pero el artículo y el ensayo, el microensayo o miniensayos del artículo, también tiene sus reglas. Cierto, que cada ser, cada personalidad, escribe con letras en formas diferenciadas, también piensa y siente de forma diferentes. El humano es un volcán enorme dentro de sí. Dilucidar de verdad lo que se es, en el movimiento de tanto oleaje de cada día, es enormemente difícil. Diríamos que vivimos sin comprender muy bien la vida, aunque tengamos algunos intereses e ideas muy claros. El artículo intenta ampliar esas miradas.
Indiquemos una nota de vanidad por mi parte, a veces, pienso que algunos de estos artículos, que aquí comentamos, tienen el mismo nivel, que los grandes artículos periodísticos que las grandes firmas que han vivido en la Piel de Toro han creado en el pasado, no voy a relatar aquí, la veintena de grandes articulistas, literarios o filosóficos, que por estos mares de tierra bordeados de mares de agua han saboreado su tiempo y sus circunstancias… perdónenme, que quiera, compararme con Unamuno, Ortega, Umbral, Camba, Ruano, Azorin, Plá, Alcántara, y otros veinte, otros treinta u otros cincuenta grandes del articulo de Celtiberia. Pero a veces, tanto silencio frente al espejo de una firma, de este escribiente, puede llevar, a indicar exageraciones.
Quizás, esto sea una exageración o una hipérbole, una vanidad-soberbia-engreimiento, lujuria de palabras, avaricia de términos, gula de engrandecimiento de frases. Pero perdonen, mi debilidad. Al final, no insulto a nadie con ella, quizás solo a mi mismo. Pero hay días y momentos, que uno también se dice, dos mil artículos publicados, y dos mil artículos olvidados. No deberían estos artículos jugar en una liga del futbol un poco más importante…
Un artículo periodístico puede tener una prueba racional, un argumento racional, igual que un tratado humanístico o filosófico. Decir, que al artículo no prueba nada, que solo es emoción con alguna racionalidad argumentativa, me parece, no haber entendido nada. Igual, que el ensayo, no es solo posición personal, sino que se muestra y se puede demostrar realidades. Cierto es, que quizás, de forma asistemática. Decir que el artículo académico si demuestra una realidad, si es ciencia, y que el artículo periodístico o el ensayo literario-filosófico, no, me parece una reducción demasiado sintética y general. Porque si fuésemos conscientes de lo que decimos, la mayoría de libros sagrados de todas las revelaciones positivas, están conformadas por cientos o miles de frases, que tienen diversos nombres, pero son aforísticas, ensayísticas, y quizás, acumulación de algo similar a artículos periodísticos…
El artículo periodístico se merece más respeto, pero para que tenga ese respeto, los primeros que se lo tienen que otorgar, son los escribientes de ese molde, y desde luego, los redactores y equipos directivos y directores de los medios de comunicación, sean en papel o sean en bits de información.
jmm caminero