Desde tiempos ancestrales, la mujer viene sufriendo, desprecio, maltrato, acoso, dominación y demás adjetivos, generalmente por parte del hombre; primero su padre y seguido su marido, la sociedad era como estaba establecida hasta no hace tantos años.
En los años 80 si una mujer se armaba de valor para ir a denunciar a la policía los malos tratos por parte de su marido, la contestación que le daban era: “mientras no haya sangre, señora, no podemos hacer nada”, esto es mas que verídico entre las muy contadas, que se armaban de valor, a sabiendas de lo que les podía esperar. Este es un dato más que contundente para reflejar la lucha que la mayoría de las mujeres maltratadas llevaban en silencio por no empeorar más la situación, hasta que llegó el divorcio a España legalmente y la primera en hacer uso de ello fue una mujer vasca, detrás la siguieron muchas otras que ya estaban hartas, a sabiendas de lo que la sociedad, en aquel entonces las iba a criticar, sin información ninguna del ¿Por qué?
Un dato muy importante es el aumento de llamadas al 016, que demuestra que se va perdiendo el miedo, sobre todo las mujeres que dependen totalmente de sus maridos o parejas. Pero también tengo que mencionar que casi un 80% de los menores de edad, también han sufrido maltrato, en la mayoría de sus casos por su padre, lo que en estos momentos ya esta tipificado como “violencia vicaria”, cuando su propio padre, solo por el mero hecho de destrozar a su mujer, mata a sus propios hijos, y ya estamos cerca de los 50 niños asesinados que solo son datos contabilizados, pero no del todo reales.
La violencia de género es todo acto que tenga como resultado el sufrimiento físico, sexual o psicológico de una mujer, cometido por un varón contra su victima por el solo hecho de ser mujer, tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas, que pueden llegar a anular totalmente a esta persona. Teniendo en cuenta que las condenas por denuncias falsas solo representan el 0,03% del total.
En el año 2020 como victimas de violencia de genero o violencia domestica se inscribieron casi 40.000 personas, mujeres, frente a poco más de 3.000 hombres víctimas de violencia doméstica, que no es lo mismo, y como podrán observar la diferencia es más que considerable.
Casi el 60% de mujeres en España de más de 16 años, ha sufrido algún tipo de violencia machista (física, sexual o acoso reiterado) a lo largo de sus vidas.“La violencia vicaria” parece que se ha puesto de moda, de forma silenciosa, solo por el simple hecho de destruir totalmente a la mujer, quitándole lo que más ama en el mundo, sus hijos, (los menores pueden ser utilizados como instrumento de violencia y dominio sobre la mujer); pero no es hasta 2017 cuando entra en vigor, esta ley sobre los menores como victimas de violencia de género, que pasa a llamarse: “VIOLENCIA VICARIA”, pero hasta el año 2019 no hay la primera condena a dos hombres en España, por primera vez, por atentar contra la vida de sus hijos.
En artículos anteriores me he referido a la mala situación de la sanidad, la educación por falta de profesores, psicólogos y vigilantes ante el también reiterado acoso de algunos niños hacia otro en particular; pero en este caso que hoy tratamos, nos faltan más policías y vigilantes para las mujeres en riesgo de amenaza, después de denunciar, ya que a penas tienen protección ninguna, y lo más terrible son los fallos que se cometen continuamente por falta de comunicación entre unos departamentos y otros, dentro de las instancias judiciales.
Todo esto solo nos lleva a presenciar que no se ponen los medios necesarios, ni adecuados, cuando una mujer ya ha dado la voz de alarma y no se la protege debidamente, ni a ella ni a sus hijos, todo hace aguas por las cuatro esquinas y no se pone ningún remedio, hasta donde vamos a llegar, ¿qué tenemos que salir de casa armadas y alegar defensa propia, cuando nos ataquen?.
Conchi Basilio