Entre las realidades tristes y entristecidas de la vida, tardas mucho tiempo en darte cuenta, hay personas que no pueden soportar que otra persona sea moralmente mejor que ellos.
En estas décadas de viaje por este respirar este aire y caminar por estas losas de alquitrán, me he dado cuenta que hay personas que sufren envidias, malsanas envidias, malas envidias dicen en lenguaje popular, que les duele, que no les gusta, que sufren porque otra persona tiene más nivel económico, más nivel social, más nivel cultural, porque tienen esposa o esposo, porque tienen hijos, porque viven en mejor calle, por mil razones.
He visto y he sentido y he percibido y he analizado a personas que sienten esa mala envidia –no entremos aquí, si hay envidia buena y hay envidia mala-. La envidia es no alegrarse del bien del otro, del bien del otro, sea el bien que sea, que ha alcanzado por trabajo, suerte, según la legalidad y según la moralidad correcta.
Pero existe otra envidia, la hemos visto algunas veces, de personas que envidian a otro humano, no por las razones anteriores o algunas de ellas, sino por algunas de ellas además de porque sienten que la otra persona es moralmente mejor, no es porque tenga más belleza física por ejemplo, sino porque es más bondadoso, es más bueno o buena moralmente, es porque no ha cometido tantos errores morales o psicomorales en la vida como él mismo, es porque tiene más paz en su vida lleno de más bondad, es porque se comporta más/mejor moralmente, es porque desearía que cometiese los mismos errores que tú has tenido o su progenitor y esa persona no comete…
Lo he visto y se ha visto. Y, entonces, esa envidia, les lleva a dichas personas, a veces, lo he sentido y percibido y conceptualizado. Lo he visto que les lleva a ponerle zancadillas a esa persona, a buscar líos y problemas con esa persona, a buscar excusas para reñir y tener problemas, a hablar mal, incluso a silenciarlos y marginarlos. Y, he visto, que el resto del grupo, los que rodean digamos ese entorno social, porque por lo general, se producen en entornos sociales, o miran hacia otro lado, o les dan la razón a los envidiosos en esa materia, o, no quieren/tienen ganas de problemas por las estructuras sociales de las jerarquías de los grupos… Incluso hemos visto como esa persona que sufre en el fondo esa envidia, han buscado una razón secundaria para tener al envidiado como objeto de inquina y rencor, durante años o décadas.
Es más, esa envidia original y la raíz de ese problema, como árbol va creciendo, puede que esa persona envidiada se defienda de alguna manera, puede ser que lleguen a una situación digamos de discusión, uno es la victima y otro es el verdugo, uno el que ha buscado esa realidad de interrelación, el otro el que la tiene que sufrir… Al final, la cuestión se complica y complejifica tanto, que nadie se acuerda que el origen fue una malsana envidia, envidia, no porque tuviese un mejor coche, no porque fuese más alto o con mas belleza, no porque vivía con más holgura económica, no porque tuviese más cultura, no porque tenía varios hijos y ella o él no, porque tenía una mujer/esposo más atractivo, no, no por todo ello. O, algo de todo ello, sino porque sentía que era una persona mejor moralmente… En definitiva, la envidia maligna del mal, de un mal y maldad que puede estar más extendido de lo que creemos…
Puede que a usted esto le parezca imposible/inverosímil, que este texto es la fiebre de palabras de un escritor desconocido, como este escribiente, pero si usted se fija bastante más de lo que lo hace generalmente, encontrará que en distintos entes sociales, esto se produce, no en todas las personas, no en todos los temas, pero sí, en este caso. O, mejor dicho siempre puede que exista una excusa, la excusa es otro motivo, pero en el fondo es éste, sienten envidia, porque esa persona a los veinte años, sin ser perfecta lleva una vida moral correcta, y, tú a los veinte años era alguien que se caía por las calles por las bebidas espiritosas, o tienen envidia que es una persona que es ecuánime y busca la paz y la tolerancia y tú, a la misma edad estás lleno de inquina y rencor, o, sentir envidia por cualquier otra virtud moral. Porque se envidia que esa persona tenga una serie de virtudes morales o psicomorales, y, tú, tú en toda la vida has sido capaz de alcanzarlas…
En la teología cristiana, si mis datos son ciertos, se dice que el tentador tiene envidia del hombre, porque el hombre o la mujer se pueden salvar, y, ellos están condenados eternamente en el infierno, por eso intentan hacer el mayor mal posible al hombre, a cada hombre, para que ellos también se condenen. Véase el sentido profundo del relato de Adán y Eva.
Bueno, hasta aquí, hasta aquí llegamos con este modesto artículo de opinión, esta ensalada de palabras e ideas, para que usted reflexione. Si así lo desea hacer. Quizás, este modesto pelotón de palabras le sirva para observar mejor la realidad social/moral en la que se mueve, y, perciba que alguien que tiene animadversión a otro, y, pone un motivo o excusa equis, no es equis, que también, sino es por envidia, porque siente que es mejor persona que él o ella, aunque no sea perfecta. Paz y bien.
Jmm Caminero