El Confidencial
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Conchi Basilio
Cartas al Director

El propietario de Leite Río se enfrenta a una petición de pena de seis años de prisión por un presunto delito medioambiental

El empresario atribuye a una tromba de agua la muerte de peces en Láncara

16-04-2007

El Ministerio Fiscal solicita una pena de seis años de prisión para el propietario del grupo Leche Río, Jesús Lence, por un presunto delito "contra los recursos naturales y el medio ambiente", además de una multa de 324.000 euros (36 meses a razón de 300 euros diarios) para Lácteos Lence S.L, a causa de los presuntos vertidos de aguas residuales realizados por la fábrica que esta empresa tiene en en el lugar de Vega de Anzuelos (Láncara) al arroyo de Os Troyos, un afluente del río Tordea. El escrito de acusación señala que la Confederación Hidrográfica do Norte (CHN) autorizó a Lácteos Lence S.L para realizar un vertido de aguas residuales al cauce del conocido como "Regos dos Troyos", con la condición de que la empresa construyese una arqueta colector en sus instalaciones, "con acceso directo" para la inspección por parte de sus técnicos y los "elementos necesarios para el control del afluente". Sin embargo, en abril del 1996, "ante el incumplimiento" de dicho requisito, dictó una nueva resolución en la que le concedía "el plazo de un mes" para ejecutar las citadas obras, "sin que el acusado hiciera caso alguno a dicho requerimiento". Al no cumplir la empresa con dicha obligación, según el escrito de acusación, la CHN llegó a incoar hasta seis expedientes sancionadores, "sin que el acusado procediera, en modo alguno, a dar cumplimiento a los requerimientos". Por su parte, Jesús Lence aseguró en declaraciones a AGN que la empresa había construido la arqueta, pero la subida de caudal del río durante los meses de invierno provocó que fuese arrastrada por el agua, con lo que, dado que su principal finalidad era la de tomar muestras del agua de la depuradora, la empresa decidió instalar otro sistema "mucho más fiable". El 1 de septiembre de 1999, un agente de la Consellería de Medio Ambiente constantó "la presencia de mortandad piscícola y turbidez de las aguas" en el río Tordea, por lo que comprobó, en compañía de otros dos compañeros, que las aguas turbias procedían del arrollo de Os Troyos, según el fiscal. Agentes del Seprona se desplazaron al citado arroyo al día siguiente y comprobaron que la depuradora de la empresa "vertía aguas blanquecinas al cauce", con lo que tomó muestras en ese punto, en la desembocadura del afluente y 50 metros más abajo en el río Tordea. Según el escrito de acusación, los informes periciales constataron que el valor de oxígeno de las aguas era "incompatible con la vida de los peces". Lence afirmó que la muerte de los peces fue debida a "una gran tormenta que tuvo lugar el día 31 de agosto", una de las copiosas del año, según sus palabras. Recordó que el agua que recogen la cunetas de ambos márgenes de la Nacional Sexta desemboca a pocos metros de la depuradora de la fábrica, con lo que, en su opinión, "fue todo el barro que arrastraron el que provocó la muerte de las peces". De hecho, subrayó que cuando los agentes del Seprona recogieron las muestras, dos días después, "el nivel de P.H de las aguas en el río aún era de 9.3, cuando en la depuradora era del 7,3", por lo que todavía se notaban los efectos en el caudal de la tromba del día 31, cuando el agua "llegó a pasar por encima de la N-VI"





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