Empresarios gallegos en Venezuela advierten del aumento del peligro en las zonas próximas a Colombia

Gallegos emigrados a Venezuela advierten de que existen presiones sobre los empresarios y ganaderos de las zonas limítrofes de este país con Colombia y "mayor peligro" porque resulta "más fácil pasarlos al otro lado", donde suelen aparecer una vez liberados. Fuentes consultadas por AGN aseguraron que sufren "miedo" en su día a día y que muchos de los empresarios llegan pagan la llamada vacuna -una cantidad por mantenerse en libertad-. No obstante, este pago no es suficiente como en el caso de Nicolás Alberto Cid Souto, de 76 años y natural de Ourense, que pagaba este impuesto revolucionario y permanece secuestrado. Las mismas fuentes explicaron que unos encapuchados vestidos con trajes militares fueron los que asaltaron de repente a Nicolás Alberto cuando se encontraba en una de sus fincas acompañado de sus trabajadores. Éstos fueron amordazados y precisamente dieron la señal de alerta a las autoridades. De hecho, incluso sospechan que los secuestradores conocían los movimientos de Souto, ya que el solía ir cada cierto tiempo y dedujeron que los asaltantes habían permanecido en la finca desde días antes. Conocidos del secuestrado subrayaron que la familia se encuentra inmersa en un estado de angustia pero que no se pronuncia sobre si existen o no novedades sobre el secuestro, por motivos de seguridad. Hermandad Gallega También miembros de la Hermandad Gallega de Venezuela vive una situación de "impotencia" por el aumento de secuestros que se están dando en los últimos tiempos en el país sudamericano. Fuentes de este organismo aseguraron a AGN que los secuestros "son una cuestión de todos los días" y que no es "nada nuevo" pero que "va en incremento". Dicen que los empresarios son el punto blanco de los secuestradores y que "le puede tocar a cualquiera" porque "es una cuestión de suerte". Los secuestros "están al orden del día". Las mismas fuentes indicaron que se "trata de un tema muy delicado" y del que "no se puede hablar". De hecho, la vida de los asociados a este organismo se limitan al trabajo del día a día, la casa y la hermandad porque viven con "pánico". En cuanto al propio proceso de negociación de los secuestrados, señalaron que se está negociando bajo perfil y que por razones obvias, no se comunican los pasos que puedan dar. Así, hasta ahora se mantienen los detalles en el más riguroso secreto, aunque aparentemente no existen novedades al respecto, según relataron las mencionadas fuentes.