La Fiscalía estudia recurrir la absolución de la condenada por el crimen de la catana

La Fiscalía estudia la posibilidad de formular un recurso de casación ante el Tribunal Supremo contra la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia que absolvió a Susana Guzmán, a la que un jurado había considerado culpable de la muerte del traficante Luis Pallares Manso en A Coruña, en agosto de 2003. La mujer había sido condenada a diez a años de cárcel por la Audiencia Provincial coruñesa tras el veredicto de culpabilidad emitido por el tribunal popular que juzgó el conocido como crimen de la catana. La semana pasada, la Sala de lo Civil y Penal del TSXG celebró el juicio de apelación de dicha sentencia, y el pasado lunes decidió revocarla por no existir ?prueba de cargo suficiente que destruya la presunción de inocencia? de Susana Guzmán. A partir de la decisión del alto tribunal gallego la Fiscalía tiene cinco días para interponer recurso de casación ante el Tribunal Supremo y tratar de revocar la absolución de la que hasta el lunes era la única condenada por aquel crimen, y que fue puesta en libertad ese mismo día después de pasar en prisión los últimos tres años y medio. Si finalmente la acusación pública opta por apelar la segunda sentencia, tendría que presentar informe ante el fiscal jefe del TSXG y remitirlo luego a la Fiscalía del Supremo, que sería la encargada de interponer la casación. Con la absolución de Susana Guzmán, una de las tres prostitutas que fueron a juicio acusadas de la muerte de Pallares, queda sin resolver el crimen, después de que en el transcurso del juicio se pusiesen de manifiesto las lagunas en la reconstrucción de los hechos que han justificado la sentencia absolutoria de la Sala de lo Civil y Penal. En su fallo, la Sala subrayaba que la única prueba directa contra Susana Guzmán eran las declaraciones de una de las otras dos acusadas, que durante el juicio había incurrido en numerosas contradicciones y había ofrecido diferentes versiones de lo sucedido. El resto de las pruebas eran indiciarias y, según la apreciación de los jueces del TSXG, no fueron inequívocamente corroboradas: no se pudo probar que Susana Guzmán estuviera en A Coruña cuando ocurrieron los hechos, los análisis de ADN no fueron concluyentes y ni siquiera se consiguió determinar con exactitud el día en que murió la víctima.