EFE | La
ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, consideró hoy que
no subir el salario mínimo interprofesional (SMI) sería una
"incoherencia" y "contradictorio", y pidió a la patronal "empatía" con
una medida que ahora es cuando más falta hace. "Lo que hacemos es dialogar, habrá acuerdo o no. Pero le pedimos a la
patronal española que tenga cierta empatía con su pueblo", dijo en
Lisboa, en una rueda de prensa conjunta con su homóloga portuguesa, Ana
Mendes Godinho.
Díaz aseguró que en España "la derecha económica y la patronal sólo hablan de bajar impuestos, cotizaciones y salarios".
"Y recordarle a la patronal que mientras que los trabajadores
acogidos al ERTE ven reducido sus retribuciones en un 30 %, ellos en
muchísimos casos están siendo exonerados en todas cotizaciones sociales
en el 100 %, en el 90 % y en el 80 %", añadió.
La ministra recordó que España y Portugal defienden la directiva
europea sobre salarios mínimos, por lo que sería una "incoherencia
doctrinal" que "cuando llega la hora de la verdad uno no lo practica en
su país", y que sería "una anomalía europea".
"¿Cómo se puede explicar que a los trabajadores y trabajadoras
de la automoción, del metal, del comercio, de lo que sea, les van a
revalorizar los salarios en un promedio de entre el 1,5 % y el 1,8 % y
dejamos fuera sin ningún incremento salarial a los que más lo necesitan?
Sería, cuanto menos, bastante contradictorio", dijo.
Díaz reafirmó que el Gobierno está trabajando con el diálogo
social un "mandato legal", que es todos los años decidir la subida del
SMI, y defendió que, aunque son conscientes de la crisis que existe, se
ha demostrado que esta herramienta ha sido "fundamental" para romper la
brecha de desigualdad.
La titular de Trabajo también refirió que en 42 años el único
que Gobierno que "se ha atrevido" a congelar el SMI fue el de Mariano
Rajoy: "Lo hizo porque practicaba recortes, austeridad y la mayor
devaluación salarial que hemos sufrido con enorme dolor en las clases
trabajadoras y populares en nuestro país".
"Debemos salir más iguales de esta pandemia o al menos no ahondar las brechas de desigualdad", concluyó.
La ministra fue cuestionada igualmente sobre la propuesta para
implementar una jornada laboral de 4 días a la semana en España, y
consideró que tiene dos defectos: es "rígida" y pretende ser sufragada
con recursos públicos, algo que el Ministerio que dirige no comparte.
"Hay sectores que no se acomodan a esta realidad", señaló Díaz,
que consideró que debe haber flexibilidad interna en una doble
dirección, tanto del empresario como del trabajador, para adaptar la
jornada.
Por ello, su Ministerio está trabajando en una nueva regulación
de los usos del tiempo del trabajo, que todavía no ha llegado al diálogo
social, que partirá de un estudio científico de cómo son actualmente.
"No tiene mucho sentido que fijemos la jornada laboral en 4 días
cuando en España se hacen 42 millones de horas extra a la semana de las
que el 42 % no se retribuyen", dijo, y añadió que trabajar 12 horas
diarias no permite la conciliación.
"La propuesta debe servir para colocar la vida en el centro y
debe estar muy apegada a la realidad de las empresas, pero con la
adaptabilidad y la flexibilidad interna", refirió. Díaz se trasladó a Lisboa para mantener una reunión bilateral con la
ministra de Trabajo, Solidaridad y Seguridad Social de Portugal, que
concluyó con la firma de una Declaración de Intenciones en materia de
Cooperación.