El Confidencial
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Cartas al Director

La niña asesinada en Narón fue agredida entre cuatro y seis horas antes de morir

30-05-2007

El informe forense ha arrojado algo más de luz en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de A Coruña por la muerte de Natalia, la niña asesinada en Narón en junio de 2005. Los peritos que intervinieron en la sesión calculan que la lesión que acabó con la vida de la pequeña se le causó entre cuatro y seis horas antes de su fallecimiento, un lapso de tiempo que va desde el período en que la niña estaba sola con el novio de su madre, Iván Naveiras, para quien el fiscal pide casi 25 años de cárcel por asesinato, hasta después de que aquélla llegara del trabajo. Aunque reconocieron que es ?imposible determinar con precisión? cuándo se produjo el ?golpe directo y muy violento? que rompió el intestino delgado de la niña, los forenses concluyeron que fue en un momento ?no superior a cuatro o, todo lo más, seis horas? antes de su muerte, esto es, entre las 11,30 y las 13,30. Según el relato del fiscal, la madre de la niña, Paola Vélez, regresó a casa sobre las 13,20 horas, fue a las cinco de la tarde cuando Iván llegó al centro de salud de Narón con Natalia ya agonizante y a las 17,30 había dejado ya de respirar, aunque las maniobras de reanimación prosiguieron durante varios minutos. Los forenses dejaron claros otros aspectos que sirven también para apoyar la acusación de homicidio imprudente que pesa sobre Paola Vélez, para quien piden más de ocho años de cárcel, por no haber procurado una pronta asistencia médica a su hija y haberla dejado a cargo del hombre que supuestamente la maltrataba de forma habitual. Según el dictamen pericial, tanto la violencia del golpe en el abdomen como la extrema gravedad de la lesión que le causó tuvo que provocar en la víctima un ?dolor intenso?, y su estado habría ido empeorando progresivamente con vómitos, bajada de tensión y taquicardia. Los peritos coincidieron en que los síntomas de la niña no pudieron pasar desapercibidos para los dos acusados: ?con un golpe de tal intensidad, la niña habría quedado fuera de combate y no podría tener ya un momento de recuperación?. De haber sido la madre la que agredió a su hija al llegar del trabajo, su novio lo hubiese presenciado y lo hubiese relatado durante el juicio. Pero en su declaración judicial Iván sólo inculpó a Paola de la mortal agresión de forma indirecta: la madre solía comportase de modo violento con su hija y la noche del 17 al 18 de junio había dormido con ella. Relató también que al llegar a casa por la mañana, después de dejar a Paola en el trabajo, la niña había vomitado varias veces, aunque también refirió que la pequeña había estado bien durante toda la mañana y que sólo después de comer -con la madre ya en casa- había empezado a mostrar síntomas preocupantes. Añadió que había dejado solas a la madre y la hija durante unos minutos mientras estaba en la cocina cortando una pizza. Pero si la madre hubiese sido la agresora, no se entiende que su compañero no hubiese oído la paliza y, en todo caso, que no se hubiera sorprendido de hallar a la niña postrada y llena de hematomas. Nada de eso dijo en su declaración. Y los forenses indican que los hechos no pudieron ocurrir antes de las 11,30 horas, cuando Paola ya estaba en el trabajo. Por lo demás, los análisis de ADN de la Policía científica concluyen que las manchas de sangre encontradas en la sábana, el colchón y la funda de la almohada de la niña se corresponden pertenecen con el perfil genético de ella y de Iván Naveiras, aunque admitieron que no se puede saber cuándo fueron depositadas. También se halló una mancha de esperma del acusado. El final de la sesión, que se reanudará mañana con las conclusiones finales de las partes, dio paso al controvertido informe psicológico sobre Paola Vélez, elaborado por expertos del departamento de psicología jurídica y de protección al menor de la Universidade de A Coruña. Tanto la defensa del principal imputado como la acusación popular ejercida por la Asociación Clara Campoamor arremetieron contra los peritos por considerar normal la actuación de Paola, para quien el fiscal pide algo más de ocho años de cárcel. Los psicólogos explicaron que la mujer estaba ?ofuscada por un amor loco? hacia su compañero y lastrada por su dependencia de él y de su familia, lo que explicaría que no pudiera percibir los malos tratos hacia la niña y rehusase acompañarla al centro de salud. ?¿Les parece normal? ¿Es que no han visto las fotos de la niña??, les preguntó alterada la acusadora popular.





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